¿No te das cuenta de que el amor me ha hecho así de pequeño? ¿No te das cuenta de que el Amor es la fuerza, la raíz de mi Omnipotencia?

¿Sabes por qué se ha recuperado ese enfermo? Por vuestro amor, por el amor con que habéis orado… El amor ha fortalecido vuestra fe y os ha hecho omnipotentes… “todo lo que pidáis al Padre en mi Nombre…”. Si pedís con fe, con inmenso amor, y adorando siempre la Voluntad del Padre, seréis omnipotentes…

Fijaos qué poder os da el amor. Esa es vuestra fuerza: vuestra fe inquebrantable empapada de vuestro amor ardiente. El resultado es una confianza amorosa que me consuela, que conforta mi Corazón y me llena de alegría.

Cuando veo cómo os amáis y cómo os unís más y más ante el sufrimiento, me siento consolado: mi Pesebre y mi Cruz me parecen más hermosos que nunca. Desde ellos os he redimido y os he liberado de las ataduras del pecado que os impedía amar.

Ahora sois capaces de amar como Yo os amo y ese amor os hace partícipes de mi Omnipotencia.

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No es la fe la que obra los milagros, es el amor. Es la fe revestida y empapada en el amor. No basta pedir con fe: hay que pedir con fe y amor. Con fe en su omnipotencia (del Padre) y con fe en su amor por nosotros y en su bondad. Creer siempre que  -suceda lo que suceda- es un designio de amor.

Si amáis de verdad haréis milagros, resucitaréis muertos, sembrareis vida… Todo lo que toquéis, todo el que entre en contacto con vosotras, se llenará de vida, porque el amor siempre es fecundo. Yo soy el Amor, y el Camino y la Verdad y la Vida…

Amor=Vida=Eternidad-Cielo

Odio=Muerte=Infierno

Vuestra capacidad de obrar milagros es directamente proporcional a la pureza e intensidad de vuestro amor y vuestra unidad. “Amaos y sed UNO”.