Hace unos días me encontré con una chica que trabajaba en el departamento de control de calidad de una determinada empresa. Ella estaba muy concienciada de su trabajo y lo realizaba de una manera exhaustiva. Revisaba todo con escrupulosidad y se la veía muy preocupada en que todo estuviera en óptimas condiciones para -decía ella- “dar un buen servicio y plena satisfacción a los clientes”.

Me apunté el dato y os invito a que reflexionemos juntos. ¿Por qué nos preocupa tanto la calidad material de las cosas y tan poco la calidad humana de las personas, en concreto mi propia calidad humana? Creo que es importante que cada uno de nosotros sea autocrítico y severo en su propio “departamento de control de calidad personal”, y si no tenemos a punto y en buen uso ese “departamento”, que se llama conciencia, hay que ponerlo en funcionamiento ya mismo. Eso es superurgente.

Y también abrir los ojos y mirar cómo a nuestro alrededor hay personas que no hacen ruido, pero son de una talla humana impresionante. Nunca os ha pasado que cuando menos lo esperabas, cuando sentías que todo estaba perdido y no había nada que hacer, de pronto aparece una persona y -desinteresadamente- te ayuda? Llega alguien en quien quizás no habías reparado, que lleva tiempo y tiempo a tu lado sin hacer ruido y de pronto te sorprende y se da a ti y da un giro a tu situación, a tus agobios, a tu vida. No te pide explicaciones, pero arrima su hombro y hace de sostén, te tiende la mano y tira de ti cuando parece que ya no puedes más… y todo esto en silencio y sin darse importancia ni hacerse notar y pasando por encima de las diferencias…

Ahí es cuando entiendes que hay quien sabe dar amor gratuitamente y sin esperar nada a cambio, que hay personas con un corazón inmenso y una calidad humana impresionante, que hacen que este mundo siga siendo habitable y que hacen el contrapeso al egoísmo de tantos y tantas… Personas dispuestas a hacer lo que sea necesario para ayudar y sostener a otros, que han apostado por el amor y la bondad, personas que -parafraseando a la chica de la que os hablaba al principio- han optado en la vida por ser seres humanos de calidad, con un gran corazón, y se esfuerzan de contínuo por “dar un buen servicio y plena satisfacción a los clientes”, a sus compañeros de camino en esta vida.