¡No tengáis miedo!, con Cristo siempre hay futuro

XIII jornadas “Católicos y vida pública”, en el País Vasco

Palacio Euskalduna, Bilbao  20 y 21 de abril de 2018

Mesa Vocacional,  Sábado 21 de abril de 2018

Preside: D. José Ramón Altuna, Consiliario ADcP de Bilbao.

A la Madre Olga, dice: nos ha hablado de la voluntad, ¿nos puede hablar del corazón, la importancia del no voluntarismo?

Si, a ver: a lo mejor no me he expresado bien; cuando yo hablo de la voluntad me refiero sobre todo a la libertad, a la capacidad que tenemos de decidir. Tenemos una voluntad libre, pero no me refiero al voluntarismo de decir: hago las cosas porque sí, a fuerza de puños… precisamente nuestra vocación… la vocación de las Carmelitas Samaritanas -el nombre de nuestro Instituto es Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús-  esta ligada a la Libertad de Jesús, el Hombre más libre de todos los tiempos.  Jesucristo, con la voluntad humana más libre y más santa, ante todo es un Corazón, es una Intimidad, unas Entrañas… que se abren libremente para amar y dar la vida ¿no?

Cuando hablo de voluntad, entiendo que es el amor…  por lo que quiero diferenciarlo, porque a veces la sensibilidad nos juega muy malas pasadas, nos engaña mucho. El amor no es un sentimiento -el sentimiento puede acompañar o puede no acompañar- el amor no es una cuestión que dependa de la sensibilidad, sino que yo amo porque quiero amar y doy la vida porque la quiero entregar; no vivo a merced de sensaciones o sentimientos, que ese es el gran engaño.

El tiene que estar abierto, dispuesto… y para eso tiene que ser libre, porque si hay algo frágil y delicado es el corazón humano en cuanto a los vaivenes de nuestra sensibilidad ¿no? ¿Quién nos defiende de nosotros mismos y de los vaivenes de nuestra propia sensibilidad? Nuestra voluntad libre. Cuando hablo de voluntad, hablo de lo más sagrado, porque yo a Dios le respondo con mi voluntad y no con mi sensibilidad.

A veces la sensibilidad nos acompaña; si el sentimiento nos acompaña ¡estupendo! pero hay momentos en la vida -y después de muchos años de vida consagrada os puedo asegurar que es así y quienes vivís la fe lo sabéis- en que la sensibilidad y el sentimiento te ayudan y te acompañan. ¡Estupendo! Es mucho más fácil, y hay otras veces en que la oscuridad es total y -en medio de esa oscuridad- solo te queda una voluntad libre para decirle al Señor: yo quiero. Y quiero seguir, aunque no veo, aunque no siento nada, aunque no sé si existe el cielo, el infierno, el demonio… si te odio o si te amo… pero da igual lo que sienta: te dije sí un día; dije que quería seguirte y sigo diciendo que sí, aunque en este momento todo es muy oscuro.

¿Qué nos salva? La voluntad libre ¿Con qué nos vamos a salvar? ¿Con qué vamos a acoger la Redención? Con nuestra voluntad libre. A eso me refiero; por supuesto que el corazón es importante y la sensibilidad también, pero teniendo cuidado: la sensibilidad es un arma de doble filo que nos lleva muchas veces a engaños.