¡No tengáis miedo!, con Cristo siempre hay futuro
XIII jornadas “Católicos y vida pública”, en el País Vasco
Palacio Euskalduna, Bilbao 20 y 21 de abril de 2018
Mesa Vocacional, Sábado 21 de abril de 2018
Preside: D. José Ramón Altuna, Consiliario ADcP de Bilbao.
Y ya la última, leo la introducción: España y el mundo occidental en su conjunto parecen abandonados de la mano de Dios pues por ejemplo en el derecho al aborto en la ideología de género el ataque a la familia cristiana los sagrarios y burlas de los símbolos cristianos etcétera ¿Qué debemos hacer los católicos para cambiar esta gravísima situación de nuestro entorno? ¿La oración y el testimonio cristiano son suficientes herramientas? A los tres, si a alguien se le ocurre responder en el lema de: “¡No tengáis miedo!, que con Cristo hay futuro”.
Yo sí que añadiría una cosa a lo que ha dicho el padre Eugenio ¿no? primero puntualizar que Dios nunca deja a nadie de su mano; está claro que somos nosotros los que le hemos dado la espalda a Él y eso trae consecuencias y las estamos viviendo. Estamos recogiendo lo que durante mucho tiempo hemos sembrado y se sigue sembrando.
Y yo creo que lo que hay que hacer primero, es no tener miedo; que el miedo no nos paralice y segundo… no aspirar a grandes resultados inmediatos que ese es uno de los fallos ¿no? A ver… Jesús murió de la peor manera y aquello tenía la peor pinta… de hecho los discípulos de Emaús se fueron, porque «aquello»… a Jesús se lo han cargado y esto se ha terminado, allí nadie esperaba nada.
Y la Iglesia nació aquel viernes en el Calvario. Yo creo que lo primero que tenemos que tener claro es que el cristianismo y el Evangelio no es nada triunfalista, ni súper estupendo, ni de grandes efectos… somos llamados a ser levadura en la masa y la levadura no se ve, y cuando la metes en la masa… si tú no sabes seguro que la has metido, no sabes si está metida o no, porque de entrada la masa se queda igual. Hay que dejarla ahí enterrada con tiempo, y eso va haciendo su efecto, la masa fermenta, y aquello crece.
Pero de entrada… no se consigue nada. Jesús nos dice: «mirad que os envío como ovejas entre lobos» y «llegará un momento en que los que os den muerte creerán que están dando gloria a Dios»… Y todo esto es Palabra del Señor Jesús, luego -cuando las cosas son como son- no deberíamos asustarnos porque ya estamos advertidos. Otra cosa es que somos pobres y se nos olvida.
Primero no desanimarnos, y segundo… darle al mundo de hoy lo que el mundo de hoy necesita; y el mundo de hoy ante todo es un mundo enfermo gravemente enfermo de amor. Mi experiencia -hablo desde mi humilde experiencia- es que, cuando viene una persona a ti, de estas que está totalmente descolocada, perdida, hecha polvo… y muy desorientada, y te empieza a contar que no cree en nada, que esto es un rollo… tú la escuchas ¿no? y al final si tú le dices que está salvada te dice: ¿y a mi qué?
Es que no le hace ningún efecto, no le interesa estar salvada, porque no sabe bien ni de qué va el tema, pero si tú le dices -esta es la buena noticia que no anunciamos bien- que es infinitamente amada por Alguien… eso ya interesa más, porque lo de salvarse es una cosa muy etérea que aquí, a día de hoy… y si es encima es después de la muerte… para lo que me está pasando ¿Qué solución me das?
Pues mira yo te voy a hablar del amor de mi vida, que es un amor concreto de un hombre que, al mismo tiempo,es Dios y que es Jesucristo. Y Este es el que cambia la vida y esa es la buena noticia que tenemos que anunciar: que Jesucristo nos ama hoy, ahora, aquí, a ti en concreto, y con un corazón humano… que el hecho de que sea Dios no le convierte en un ovni o algo extraño que no tiene nada que ver conmigo, sino en alguien personal y cercano, que me ama a mí y que quiere intimar conmigo, que tiene corazón ,que tiene entrañas, que sabe lo que es la tristeza, que sabe cómo te sientes y que está deseando intimar contigo y que te quiere a ti. Y esa es la levadura que va fermentando la masa y da fruto. Como anunciemos el Evangelio de otra manera -al menos esa es mi experiencia- no funciona; hay que hacer a las personas cristianas y esto significa provocar que se encuentren con Cristo. Y cuando se encuentran con Cristo… Jesús es alguien tan absolutamente apasionante que, cuando le conoces, es imposible no quererle con locura y cuando tú te encuentras con Jesús y tienes una experiencia real con Él, comprendes que de verdad está vivo, no es un rollo que te cuentan los curas, sino que es verdad y que ya no lo sabes porque te lo cuentan, sino porque tú lo has experimentado. La vida te cambia y después ya, a esa persona, la haces católica apostólica romana. Ya le dices todo lo que hay que hacer, todo lo que no se puede hacer… le cuentas el resto… pero lo principal es que se sienta amada por Jesús.
Eso es lo que tenemos que hacer y desde ahí cambiaremos la sociedad. De otra manera no. Vamos yo creo que no.