Martes de la Primera Semana de Cuaresma, feria
- Is 55, 10-11: Mi palabra hará mi voluntad.
- Sal 33: El Señor libra de sus angustias a los justos.
- Mt 6, 7-15: Vosotros rezad así.
Reflexión: La oración cristiana es sencilla. Cuanto más profunda es, más se simplifica. Todo se reduce a una relación íntima y sencilla entre el Corazón de Jesucristo y el corazón del hombre… Es una relación corazón a corazón…
La escucha de la Palabra nos alimenta y hace que “el Espíritu ore en nosotros”. “Empapa nuestra tierra, la fecunda y la hace germinar”. La oración-relación íntima con Dios nos vivifica y nos hace fecundos. Hablo de relación, porque la oración ante todo es relación, “es tratar de amistad estando muchas veces a solas con Quién sabemos que nos ama” (Santa Teresa). Pocas palabras –nos lo dice el Evangelio hoy- y mucho amor, mucha confianza: “Vuestro Padre sabe lo que os hace falta…”
El salmo nos invita a “contemplar al Señor y quedar radiantes”, Dios está muy cerca anhelando esa relación de intimidad. Nos busca y nos desea: “está cerca de los atribulados”, “me libra de todas mis ansias”, “me salva de mis angustias” y desea pocas palabras y mucho trato de corazón a Corazón.
Oración: Llámame fuerte, Señor, a salir de mí y entrar en Ti. Llámame fuerte a estar a solas Contigo muchas veces y a no enturbiar con palabras vanas la belleza y la gozada de estar Contigo. Amén.
Llámame fuerte, Señor, a salir de mí y entrar en Ti. Llámame fuerte a estar a solas Contigo muchas veces y a no enturbiar con palabras vanas la belleza y la gozada de estar Contigo. Amén.
Desde que le oí hace un tiempo esta frase»Vuestro Padre sabe lo que os hace falta».He cambiado en varios aspectos mi visión de la oración y del abandono en La Voluntad de Dios.Antes Le pedía por todo, y hasta Le ponía prisa. De un tiempo a esta parte, me dejo llevar. Esto sucede , desde que tengo a Las Carmelitas Samaritanas , en mi vida.He dejado atrás los comederos de cabeza, la impaciencia, busco siempre la parte positiva de las cosas, no se , me va bien.Gracias Madre Olga, un abrazo.
Amén