Dios tiene sentido del humor

En esta vida hay que reírse de todo, menos de Dios y de su Voluntad. Y tratar de sonreír siempre, tratar de imitar a Dios que debe tener un gran sentido del humor. ¡Sí! Mirad: Dios tiene que tener un sentido de humor tremendo solamente por haberme elegido a mí.

Si no tuviera sentido de humor, ¿nos iba haber elegido a nosotros para ser sus discípulos? ¡No! Sería muy aburrido. wp-1474442965517.jpgTiene que tener un abismo de sentido de humor solamente por habernos elegido, porque si nos miramos despacio y nos vemos como Él nos ve… ¡tiene que reírse un montón! Sobre todo cuando nos ve empeñados a hacer cosas rarísimas para que Él este contento y Él dice: “pero es que hagas lo que hagas, Yo te quiero y estoy contento. Si lo único que quiero es que permanezcas abierto tú a Mí y me conformo con eso y no estás ahí haciendo el pino y cosas rarísimas…”

Los grandes santos tienen un gran sentido del humor. Santa Teresa lo tenía: era muy irónica; su Epistolario, si os parais a leerlo, comprobareis de está lleno de sentido del humor y de mucha ironía.

¿Sabéis quién es el patrono del sentido del humor? ¡Un inglés! ¡Santo Tomás Moro! Es patrono del sentido del humor os voy a decir porqué: porque supo reírse de si mismo hasta el último instante de su vida. Hay una película sobre él:  “Un hombre para la eternidad”, que a mí me encanta. Tomás Moro era un hombre tremendamente inteligente, muy inteligente y como tal, se reía de si mismo. Por si alguien no lo sabe, fue acusado de alta traición al rey porque se negó como católico a admitir el cisma wp-1484755503116.jpganglicano, él dijo que era católico y el Papa de Roma era el Papa de Roma y se negó a reconocer el matrimonio del rey con Ana Bolena. Por esta razón, siendo el Primer Canciller del Reino, fue acusado de alta traición y acabó encarcelado en la Torre de Londres y por último ejecutado. El se negó a reconocer el matrimonio del rey y perdió todo, y sabía lo que perdía cuando se negó a reconocer aquello.

Los carceleros dicen que de él llamaba la atención el sentido del humor. Cuando le fueron a ejecutar, antes de subir al cadalso, le dijo al verdugo: “Por favor, ¿puede ayudarme a subir? Porque para bajar me las apaño yo solo.” Te das cuenta de que no era un amargado.

Y el Rey Enrique VIII le prohibió hablar -porque cualquier reo de muerte cuando iba ser ejecutado tenía derecho de decir unas palabras en el cadalso antes de la ejecución- porque sabía lo que era capaz de provocar Tomás Moro en la gente siendo una persona que conservaba el sentido del humor ante una muerte inminente. Entonces se le prohibió ese discurso, ese derecho se lo negaron. El hombre que tiene un auténtico sentido del humor religioso es temido incluso por el diablo y mucho más por Enrique VIII, por supuesto. No se le permitió dar el discurso y el condenado solamente pudo decir al verdugo, al oficial de la ejecución, lo siguiente: “¡Fíjese! Que mi barba ha crecido en la cárcel, es decir, ella no ha sido desobediente al Rey, ella no ha traicionado al Rey; por lo tanto, no hay que cortarla. Permítame que la aparte y córteme solo el cuello.” Esas fueron las últimas palabras de Santo Tomás Moro que es mártir.

Tomás Moro supowp-1484755896411.jpg burlarse de sí mismo y colocar sus asuntos, su propia muerte, bajo la lente del ridículo y del absurdo. Es que ante Dios, la única realidad para la que merece la pena vivir que es Él, nuestra muerte tampoco es importante: lo importante es que después de nuestra muerte, consecuencia inmediata de nuestra muerte, nos vamos a encontrar con Él, eso es lo importante. La muerte es la situación que hay que afrontar, de la que no escapa nadie -así que no nos empeñemos, antes o después nos va tocar a todos pasar por ahí- y conviene estar preparados y prepararnos con calma y con sosiego, no con histerismos ni con neurosis, ni con angustias. Hay que vivir con un alma de niño, tomar con fuerza la Mano de Dios, que es nuestro Padre, para hacer bromas incluso ante nuestra propia muerte, tomándola con humor, sabiendo que es inexorable, que va a llegar y que hay que pasar por ello y no desquiciarse, ni desesperarse, ni angustiarse. Sabiendo que es un trance que hay que afrontar y que lo gordo de la muerte no es la muerte en sí, sino que nos va a posibilitar a estar con el Señor ya sin ningún tipo de traba: felices con EL para siempre. Eso hizo Tomás Moro y dejó escrita una oración que a mí me parece preciosa: “Señor, dame un alma que desconozca el aburrimiento, que desconozca las murmuraciones, los suspiros y las lamentaciones. No permitas que me preocupe demasiado en torno  de ese algo que impera  y que se llama: Yo. Obséquiame con el sentido del humor. Concédeme la gracia de entender las bromas para que sepa y pueda conocer algo de felicidad y sea capaz de donársela a los otros. Amén.”

 

2 comentarios en “Dios tiene sentido del humor

  1. Pues si…muchas veces he pensado que Dios tiene que reirse – o mas bien sonreirse- viendo la cantidad de tonterias que hacemos, y mucho mas cuando pensamos que las hacemos en su nombre…
    Pienso tambien que el ser una persona alegre, con sentido del humor y con ganas de alegrar a los demas, tambien es una señal de que El esta con nosotros; cuando pienso en la Madre Olga es muy facil imaginersela así…transmitiendo esa energía positiva a su alrededor.

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