Muéstranos al Padre (IV)

¡¡Abba!! Lo que llena el Corazón del Hijo

5506000Dice el Padre Cantalamessa que “cuando Jesús habla del Padre…”  Jesús habla de muchas cosas en el Evangelio ¿no? Trata de temas variados: habla de la misericordia, habla del pecado, habla de la verdad, de la mentira, de los fariseos… Pero cuando Él habla del Padre -el Padre Cantalamessa dice que él está seguro- de “que los ojos de los discípulos se abrirían de par en par, naciendo en ellos una profunda nostalgia, un profundo deseo de ver al Padre porque cuando Jesús hablaba del Padre tenía que haber en Él algo distinto.”

Esto lo dice el Padre Cantalamessa y yo estoy totalmente de acuerdo con él, porque su pasión más grande, su amor más grande, lo más importante para Él, era el Padre. Entonces Jesús no podía hablar del Padre igual que de cualquier otra cosa ¿no es cierto? Y algo tenía que suceder, algo tenía que transmitir, cuando les produce ese deseo del Padre, ese deseo de lo que no conocen. Y Felipe exclama: “¡Preséntanos al Padre y nos basta!” Felipe era… ¡mundial! Total, nada: “¡Enséñanos al Padre y nos basta!”

La contestación de Jesús: “Pero, hijo mío, a estas alturas de la película ¿todavía no te enteras?” Pero bueno, estas cosas pasan hasta en las mejores familias. Cuando nos pasan a nosotras es consolador saber que en el Colegio Apostólico también pasaban. Había gente que no se había enterado de nada y dices: “Felipe tampoco no se enteraba de gran cosa y es San Felipe Apóstol, o sea que…” Quiero decir que estamos a tiempo, no está todo perdido, ¿no?

Como decía, para Jesús el Padre no es un tema, es… su Abba, su Padre, su Papá… su Papá entrañablemente amado, aquél Ser que para Él es todo Amor y por el que siente una atracción infinita. Su única Meta, us único Fin… lo que llenaba de verdad el Corazón de Jesús era su Padre. Y nosotras que estamos todo el santo día con el Corazón de Jesús a vueltas… todavía no nos hemos enterado -o por lo menos yo no estaba enterada al cien por cien- de que lo que llena el Corazón de Cristo es el Padre. Lo que tiene dentro el Corazón de Jesús, lo que más le llena y le colma es su Padre. Pues yo no me he enterado hace bastante poco ¿…? De lo que está lleno Su Corazón es del Padre.

Toda la misión de Jesús en la tierra está centrada en dar a conocer a los hombres a su Padre, por eso concluye la predicación del Reino diciendo: “Yo ya te he revelado a ellos y seguiré revelándote para que el amor que Tú me has tenido esté con ellos y también yo esté con ellos”. Esto está en el Capítulo 17 del Evangelio de San Juan y nos pondremos a profundizar más en ello. Y en el capítulo 14 de san Juan -que también es muy hermoso pero menos conocido que el 17– en Jn 14, 31, Jesús dice una cosa preciosa: “El mundo tiene que conocer que amo al Padre”.

Lo que a Jesús le interesa dejarnos como legado es eso: que sepamos que el amor de su vida, lo que tiene en su Corazón, es el Padre. “El mundo tiene que conocer que amo al Padre”. Dice Él también así antes de su Pasión: “Levantaos, vámonos”; “vámonos para que el mundo conozca que amo al Padre” y… ¿adónde va?… A la Pasión, a acabar en la Cruz. La Cruz es el culmen de la manifestación del amor de Jesús al Padre; o sea, es la muestra suprema: ya no puede demostrar de una manera más gráfica ni más verdadera, cómo ama Él al Padre. Ya ha dado todo.

 

 

 

 

 

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