Este fotograma de la película LA PASION, de Mel Gibson, ha llegado providencialmente a mi móvil y me ha removido desde lo más profundo. Es cierto que he visto la película y ví esa escena, pero hoy al ver la fotografía… ¡¡Me ha dicho tantas cosas…!! Siento que me hace estremecer hasta lo más hondo porque El… ¡me está mirando ahora mismo como está mirando a su Madre a través del tabique de madera que les separa! Espera de mí esa misma presencia a su lado.
Es precioso porque refleja muy bien, muy gráficamente, lo que sucede cuando nos acercamos al Sagrario, en el que tantas veces le dejamos tan solo y en el que voluntariamente permanece prisionero por amor a mí, por su deseo de estar conmigo.
Jesús mira hacia donde barrunta que Ella está. La mirada de El refleja atención… revive tras la terrible noche que ha pasado de tribunal en tribunal, y está clavada en ese techo tras el que sabe que está Ella. Jesús sabe que Ella está ahí, junto a El… Sabe que su Corazón de Madre esta físicamente tendido en el suelo para estar lo más cerca posible de El… y se siente acompañado. Todo el dolor y el ansia de esa Madre por estar con su Hijo y unir su mejilla a la de El en un supremo esfuerzo de mostrarle amor y cercanía, de sostenerle y confortarle… están plasmados en ese gesto. Su ternura, su no importarle arrastrarse literalmente por el suelo… la expresión de la mirada de ella: atenta y angustiada al mismo tiempo… ¡cuánto amor y cuánta entrega…! Parece querer «hacerse gusano» como El…
El alma de esa Mujer está fuera de Ella misma: está traspasando esas maderas y está en El… Y El… está encadenado, está escarnecido, preso, tratado como un malhechor… pero por encima de todo eso su Corazón está atento a Aquella que ya no sabe qué más hacer para estar con El y acercarse a El, está atento a ese amor de Ella que barrunta, intuye y presiente y de una manera misteriosa palpa… El contacto físico es imposible: hay unas maderas y El está encadenado… pero la unión de Ambos es plena.
Las manos de Jesús están encadenadas, pero sus Ojos están libres y permanecen mirando a traves de las barreras materiales a Aquella que está enteramente fuera de Sí misma para estar sólo con El y su Corazón y el de Ella son UNO solo.
Contemplando esta fotografía me siento hondamente llamada y urgida por el amor… como bautizada y como consagrada, como «esposa, madre y hermana» de Jesucristo… entiendo que este es mi llamamiento para siempre, para toda mi vida: arrastrarme y vivir postrada por y para El, con esa expresión de atención de la Virgen: adivinando el menor movimiento o señal de El, cualquier sonido, cualquier pequeña rendija que me permita acercarme a El… y si no… físicamente pegada a esas tablas que me separan de El…
Es tan honda mi conmoción que no sé explicarlo mejor. Junto a la Cruz Ella permaneció de pie porque El necesitaba que Ella permaneciera allí así, en pie, firme… En este momento El necesita la cercanía de Ella de esa manera y Ella no duda: literalmente se arrastra por el suelo para estar más cerca de El, para consolarle a El, para acompañarle y sostenerle, para hacerle presente su amor y su entrega. Su única tarea es estar con El, siempre con El. Esa es su prioridad absoluta: lo que Jesús quiere y necesita.
Esa es mi vida y esa es mi llamada: no esto o lo otro o lo siguiente… Mi vida y mi vocación es JESUCRISTO. El, sólo El, siempre El y nada más que EL. Como María… disponible siempre para todo lo que El quiera, sin importarme si es de pie o por el suelo. Dónde, cómo, cuándo, en qué circunstancias… ¿qué mas me da? ¿qué necesita El? ¿cómo consolarle? Estoy consagrada para consolar.
«Es el apostolado de Jesús mismo en el Sagrario. Es estar, permanecer…En silencio, sin ruido, solamente amando y –de alguna manera– patentizando que El es “el solo necesario”. Es dejar claro ante la humanidad que sólo El basta, que es el Camino, la Verdad y la Vida… Que la inmensidad y gratuidad de un amor y una entrega como los suyos sólo pueden ser correspondidos
deteniéndose a sus pies y gastando y desgastando la vida, cada minuto, cada segundo, lo más cerca posible de EL. Es demostrar a nuestro mundo actual, tan agobiado y acelerado, que permanecer en EL, en su Amor, es “la parte mejor, que nunca nos será arrebatada”; es recordar a tantas almas generosas y cargadas de buenos deseos, que se entregan al apostolado activo de una manera febril, que Jesús llamó a los Doce “porque EL quiso, para que estuvieran con EL”. Sí: lo más importante, lo sólo necesario, es estar junto a EL.»<>
Dame la gracia Señor de verte así en el Sagrario, cuando me quejo de no verte ni oírte.
Que profunda y apropiada es esta meditación, este llamamiento a estar lo más cerca de Jesús en esta Semana Santa que se aproxima.
No debemos permitir que sea como una de tantas pasadas, en las que solamente nos quedamos en lo externo, en los ritos, las procesiones, el humo de las velas… y que no, nos paramos a ahondar en el misterio de la pasión de Cristo, sus padecimientos terribles, su agonía y su muerte en la cruz.
Se acercan unos días en que debemos comenzar por unirnos a Él en el huerto de los Olivos y hacerle sentir nuestra presencia viva y gritarle : Señor nosotros no estamos dormidos, permanecemos contigo orando y queremos secar las gotas de sangre que brotan de tu frente!!
Queremos ayudarte a llevar la cruz y acompañarte en el camino hacia el Calvario!!
Y en los momentos de suprema angustia y soledad, estar junto a tu Madre, al pie de la cruz y consolarla y consolarte y permanecer lo más pegados al Madero haciéndote sentir nuestra presencia viva, aprendiendo de tu Madre a no abandonarte jamás y amarte hasta el extremo, como Tú nos amaste, que diste tu vida por nosotros!!
Eso sí que es verdadero Amor !!
Me gustó mucho lo que dices Pilar, en tu reflexión : » no debemos permitir que esta semana santa sea como una de tantas » yo había sentido eso mismo en mi corazón desde que la Madre nos ha ido enviando cada una de sus reflexiones ahora en Cuaresma, pero no lo había expresado, ¡¡ me gustó que me lo recordaras !!.
De verás que el Señor nos ha hablado tanto a través de la Querida Madre Olga María, que estamos mejor preparados que aquellos que no están aún en contacto, pues mientras más sabemos del Señor, más responsabilidad tenemos.
Años atrás vi la película de Mel Gibson y hubo muchas escenas que se me grabaron profundamente, desde ese entonces cuando rezo los misterios dolorosos del rosario, lo hago con especial devoción como reviviendo en forma más sensible el camino del calvario.
Es importantísimo como tú bien dices » ayudarle a llevar la cruz y acompañarle en el camino del calvario «, procurar de alguna manera que El sepa, y sienta, que cuenta con nosotras; esto expresado en una entrega mucho más consecuente en nuestro diario vivir, » adivinando el menor movimiento y señal de El » como tan bien lo expresa la madre Olga María, hacerle sentir que estamos cerquita suyo, con lo que somos y tenemos, aunque criaturas imperfectas, pero con la intención sincera de ser pequeñas Marías.
Un abrazo grande os envío, en el corazón de Jesús.
M.Eliana
Que es una Cuaresma distinta a las anteriores ,sin duda, Que la Semana Santa va a ser mas Espiritual que lo era antes, seguro.¿A quien le debo ese cambio? A la Madre Olga por supuesto.Despues de oirla y leer sus escritos he experimentado un cambio interior muy grande,»por fuera sigo siendo la trasta de siempre» Pero lo importante es que ella me esta llevando de la mano por un camino por el cual voy muy agusto.Referente al fotograma de la pelicula, no me acordaba , es impresionante Esa Madre como siente al Hijo, a traves de unas tablas y El tiene el mismo palpito.A mi la que me dejo marcada, es una que va Jesus con la Cruz, Maria va paralela a El , sorteando obstaculos por el camino y cruzan Sus miradas, es el dia de hoy y esa secuencia me respiga recordarla.Gracias Madre Olga por todo, por tanto, no se canse por favor, esperamos sus escritos , como AGUA VIVA, Un abrazo.
Que decirte SEÑOR que no sepas,
Mi vocación es la Amor…es lo que veo claramente en Mi Madre. Pasa oculta y desapercibida a lo largo de la vida pública de su Hijo pero siempre permanece tan cerca.. Lo busca donde sea y lo acompaña hasta Su muerte. El amor de una Madre es inconmensurable, está dispuesta a darlo todo por Su Hijo Amado. No le importan las calumnias ni los golpetazos de los soldados, lo único que le importa es estar junto a Su Hijo. El amor de una Madre es darse hasta el extremo, es un acto de generosidad, de humildad, de seguir haciendo hasta el final Su Voluntad, es un olvido de sí misma desde que dijo: Fiat!.
Desde que empezó la Cuaresma, voy con Ella caminando estos días y le voy haciendo mil preguntas que me inquietan, que mi lógica humana a veces me impide entender y Ella siempre hay una cosa que me repite: ¡Todo se puede por amor! Y yo siempre le digo: ¿Y cómo se ama Madre como solo Tú sabes hacer? Me mira y me sonríe. Me dice que eso no se aprende, que eso nace de muy dentro…
Como una niña, voy gustando de las maravillas de un querer tan humano y tan divino que me dejan el corazón henchido y me van enamorando a cada paso en esta Semana Santa tan especial.