¡Todo es gracia!

 

Que miremos las situaciones que vivimos y, de manera particular, las situaciones más difíciles con los ojos de la fe. Necesitamos habituarnos a mirar y a vivir nuestra vida desde de la fe. Y quizá, ahora es un momento bueno para que repasemos un poco y revisemos cómo hemos vivido últimamente nuestra fe. Si la fe ha sido un modo de vivir, si la fe ha sido una actitud, si la fe ha sido sobre todo el prisma a través del cual hemos de ir contemplando las situaciones que se han ido dando en nuestra vida.

Para hacer esta reflexión, creo que es bueno leer la parábola de los Talentos. En ella lo primero que hace Jesús es prevenirnos de que no nos dejemos llevar de la pereza a la hora de aprovechar todo aquello con que Dios en cada momento nos va obsequiando, porque todo es gracia, todo es don, todo es regalo, todo es obsequio que Dios nos va haciendo. Nada es por casualidad y todo es don de Él. Aun las cosas que nos cuestan aceptar como regalo porque son adversas, no dejan de ser un regalo, un obsequio de Dios.

DSCN7161La palabra “talento” -que en tiempo de Jesús equivalía a una determinada cantidad de dinero, a una moneda- hoy se utiliza más bien, en nuestro lenguaje actual, para referirnos a determinados valores intelectuales principalmente. El pensamiento evangélico es otro totalmente diferente: el talento es un don, un material, algo con lo que trabajar y al mismo tiempo una oportunidad, una ocasión que se nos presenta.

Jesús, cada vez que a ti te confiere un talento, el que sea, te da confianza y espera que lo aproveches de una manera apropiada. Si te ha dado unas determinadas capacidades,  para Él no es indiferente el uso que tú hagas de ellas.

Y os voy a decir una cosa: no vale decir “a mí no me ha dado nada”. Eso no es cierto. A todos nos ha dado talentos; no a todos los mismos talentos ni a todos la misma cantidad de talentos, la misma riqueza de dones -eso es cierto- pero a todos nos ha dotado con talentos. Y hay un talento que es común a todos los hombres, y que los cristianos estamos obligados preceptivamente a utilizar, que es la capacidad de amar. Lo que pasa es que la capacidad de amar no la consideramos un talento sino una especie de cualidad, de característica, algo que tiene que ver con la condición humana… en parte es cierto. Pero el talento de amar, la capacidad de amar, la hemos recibido todos. Y la parábola lo dice: que hay que hacer fructificar los talentos, pero además es que el precepto fundamental de nuestra fe es el amar, amarnos unos a otros como Jesús ama; eso es ineludible, inevitable.

Talento no solamente es tenerlo, porque todos entendemos que si me ha dado talentos es porque tengo esta, esta y esta cualidad; esta y esta otra capacidad… Nos lo solemos plantear así. Pues talento muchas veces también es carecer de algo, no solamente es talento el tener cosas, sino que puede ser un talento carecer de ellas.

Por ejemplo: la salud es un talento. Bien, pues -al trasluz de la fe- también es un talento padecer enfermedades. Un talento diferente, pero al fin, talento… ¿Qué es lo que haces con ese talento llamado enfermedad? Cuando se te hace el don de este talento llamado enfermedad, ¿qué haces con él? Porque se puede desperdiciar tanto la salud como -aún más- la falta de ella.

1252530510Todo es un don y el talento es un don: eres continuamente obsequiado por Dios. Por ejemplo: es un talento que tú no sepas orar, aunque creas que es una desgracia. Lo importante es lo que haces con esta incapacidad de orar: ¿cómo la orientas?, ¿cómo la enfocas?, ¿cómo la asumes? Es posible que, ante esta incapacidad de orar, hayas enterrado este talento y hayas dicho: “¡Pues yo ya no oraré más!” Sin embargo, con ese talento se pueden sacar muchísimas cosas: la incapacidad relacionada con la oración debe incrementar en nosotros el ansia de Dios, el deseo de Dios y, por consiguiente, puede ser un gran medio que contribuya a acercarte más a Él, a tu santificación.

El hombre de fe no puede dejar de ver el sentido más profundo de sus propias experiencias y, evidentemente, la búsqueda de ese sentido ya es de por sí una forma de utilizar el talento. Y ahora hay más: si hay ciertas situaciones que provocan tensión en ti, tensión, crispación, malestar, agobio que no eres capaz de asumir… eso significa que enmarcado dentro de ellas hay algún diamante envuelto por las circunstancias ¡Ese diamante oculto es tu talento! ¡Tienes que buscarlo, tienes que escrutar esa situación y tratar de encontrar el tesoro escondido en ella! ¿Qué harás con el talento? ¿Cómo lo aprovecharás?

Todo ha de servirte para  acercarte a Dios, para unirte a Él. Y, en ese sentido y enfocado de esa manera, todo, absolutamente todo en tu vida es talento, todo es don, todo es regalo.8718727423_a140f63faf_o[1] El sufrimiento que te abruma, las circunstancias desagradables que afrontas, todo en realidad es un conjunto de talentos, una gran cantidad de oportunidades. Y nosotros con muchísima frecuencia, actuamos como ciegos, como niños pequeños que no entienden muchas cosas; hasta el día en que comparezcamos delante de Dios y será cuando veamos y entendamos todo. Conoceremos ese mar, ese océano de talentos en el que hemos sido sumergidos.

Los talentos pueden tener mucho o poco valor. Si algo te sale bien, sin duda, has hecho uso de un talento. Pero si algo te sale mal… te encuentras ante un talento mucho mayor, ante una oportunidad mucho mayor. Los fracasos -esas cosas que nos horrorizan, nos angustian y nos repelen, de las que huimos- son tesoros inapreciables que te han sido dados en la vida. Dios te preguntará un día: “¿Cómo aprovechaste tus fracasos personales?” Esos que Él te dio como oportunidad, como talentos y que hay muchos en la vida, ¿los supiste aprovechar?

La Parábola de los talentos es una llamada a la conversión, a una conversión profunda que consiste principalmente en volverse  a Dios y mirar la propia vida con los ojos de Él, como la mira Dios. Solamente entonces podré advertir que toda mi vida es una especie de complejo de oportunidades ocultas para conseguir una transformación interior continua, que todo es gracia de Dios, que todo es regalo.

 Dios, al concederte gracias difíciles, a veces tiene que metértelas a la fuerza en las manos, porque tú te defiendes y no quiere aceptarlas. Sin embargo, esas gracias difíciles, por llamarlas de alguna manera, esas aparentes desgracias -que mejor deberíamos llamar “gracias difíciles”- son los talentos más valiosos de tu vida.

La fe es una participación de la visión de Dios y Él ve tu vida de una manera totalmente distinta. Si crees, es como si te hubieran prestado los ojos a Jesús y vieras toda tu vida y cada día con sus ojos. Solamente entonces verás las continuas oportunidades de convertirte y santificarte. Solamente entonces empezarás a comprender que la cruz aceptada y reconocida en esas experiencias difíciles es una oportunidad de transformarte y entonces esas experiencias difíciles se convierten en un don, en un regalo.jardines-aptos-para-alergicos2

Si advirtieras esos innumerables talentos que Dios te concede incesantemente, jamás serías presa de la tristeza. Y entonces también los talentos como la falta de salud, las situaciones conflictivas y los fracasos, generarían alegría en tu corazón, entenderías que Dios los obsequia como algo de valor inapreciable y que te está mostrando una extraordinaria confianza. ¡Sí! Porque Él confía que no enterrarás y rechazarás sus dones. Él cuenta con tu fe, puesto que solamente a la luz de la fe podrás  distinguir los talentos que te han sido dados, podrás reconocerlos y vivirlos como tales, como bendiciones no como maldiciones, no como castigos.

También es un talento todo lo que has entendido y grabado en tu mente hasta ahora. Pero también lo es una memoria deficiente y el hecho de que te olvides de tantas cosas, porque todo es gracia. Solamente desde la fe, solamente el hombre creyente, profundamente creyente, sabe ser agradecido en todo, porque sabe ver la Mano amorosa de Dios detrás de todo lo que le acontece en la vida. Esta gratitud se manifestará en la alegría que expresa tu semblante, tu actitud en la alegría porque todo talento puede servir para el bien, hasta lo aparentemente más nefasto puede servir para el bien.

Esta reflexión sobre los talentos hace referencia a las enseñanzas de San Pablo y son una especie de formulación de la tesis de San Agustín que afirma: “a los que aman a Dios todo se les vuelve en bien, incluso el pecado”. img-20151101-wa0016.jpgUna gran caída, un gran pecado es al mismo tiempo una herida a Jesús y una oportunidad que puedes aprovechar. Lo único que falta es tu fe, irte convirtiendo para que puedas ver con los Ojos mismos de Jesús.

Él, al mirar tu vida tan llena de fracasos, preocupaciones, dificultades interiores y exteriores, jamás está triste. Jesús no se entristece al ver tu miseria, al ver  el aparente desastre de tu vida, al ver las cosas negativas que puede haber en tu vida; Él ve las cosas con alegría porque espera que darás frutos, que los aprovecharás y que sabrás gozar con todo lo que Él te dona, espera que -de esos males que Él permite- tú vas a saber sacar frutos.

Por esto mismo, Santa Teresita decía: “Amo todo lo que Dios me da”. De igual manera, oraba Santa Bernardita cuyo testamento es un elocuente testimonio de agradecimiento por los dones que recibió en su vida. Dice así el testamento de Bernadita:

“Por la pobreza en que vivieron papá y mamá, por los fracasos que tuvimos, porque se arruinó el molino, por haber tenido que cuidar niños, vigilar huertos frutales y ovejas y por mi constante cansancio, te doy las gracias, Jesús.

Te doy gracias, Dios mío, por el Fiscal y el Comisario, por los gendarmes y por las duras palabras del Padre Peyramale.

No sabré agradecerte si no es en el paraíso por los días en que viniste, María, y también por aquellos en los que no viniste; por la bofetada recibida y por las burlas y ofensas sufridas, por aquellos que me tenían por loca y por aquellos que veían en mí a una impostora, por alguien que trataba de hacer un negocio, te doy las gracias, Madre.

Por la ortografía que jamás fui capaz de aprender, por la mala memoria que siempre tuve, por mi ignorancia y por mi estupidez, te doy las gracias. Te doy las gracias porque si hubiese existido en la tierra un niño más ignorante y estúpido, Tú lo hubieses elegido.

Porque mi madre haya muerto lejos, por el dolor que sentí cuando mi padre en vez de abrazar a su pequeña Bernadita, me llamó Hermana María Bernarda, te doy las gracias.

Te doy las gracias por el corazón tan delicado que me has dado, tan sumamente sensible y que colmaste de amargura; porque la Madre Josefa anunciase que no sirvo para nada, le doy las gracias.

Por el sarcasmo de la Madre Maestra, por su dura voz, por sus injusticias, por su ironía y por el pan de la humillación, te doy las gracias.

Gracias por haber sido como soy porque la Madre Teresa pudiese decir de mí: “Jamás me pidáis lo necesario”. Doy las gracias por haber sido privilegiada en que me indicara mis defectos y que otras hermanas  pudieran decir: “Gracias a Dios, no soy Bernadita”.

Agradezco haber sido la Bernadita a la que amenazaron con llevar a la cárcel porque te vi a ti, Madre. Agradezco que fui yo la Bernadita tan pobre y miserable que cuando me veía la gente decía: “¿Esa cosa es ella?” La Bernadita que la gente miraba como se fuese el animal más exótico.

Por el cuerpo que me diste, digno de compasión y putrefacto, por mi enfermedad, que arde como el fuego y quema como el humo, por mis huesos podridos, por mis sudores y mi fiebre, por los dolores agudos y sordos que siento, te doy las gracias Dios mío.

Y por el alma que me diste, por el desierto de mi sequedad interior, por tus noches y por tus relámpagos, por tus rayos, por todo, por Ti mismo cuando estuviste y cuando te ausentaste, por todo Te doy las gracias, Jesús.»

2 comentarios en “¡Todo es gracia!

  1. Gracias por todo,Jesús.Cuida de la Madre Olga y su Comunidad.Gracias por el trabajo.Gracias por mi padre y esta llamada q cuelga cuando la voy a coger
    Ave Crux Spes Unica

  2. Qué cierto es que llamamos talentos a aquello que se nos da más o menos bien y a lo que no es positivo,lo llamamos desgracias o «ésta es mi Cruz» pero Dios siempre quiere que de un mal,saquemos un bien mejor.

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