El carisma teresiano

Dios la hizo depositaria de un carisma. Un carisma, como sabéis, es una gracia concreta que está viva y actúa. Carisma es siempre una gracia del Espíritu pero en acción, una gracia actuante, viva, que por donde va infunde vida y vivifica. Pero vivifica con un color, con un sabor, con un modo concreto… Eso es lo que es un carisma. Y el carisma teresiano es –sin ánimo de hacer de menos a nadie– para mí el carisma más hermoso, más grande, más vivo -y más verde todavía- en la Iglesia. Ella inició el carisma, pero ningún fundador agota un carisma. Ella lo puso en marcha y ahora hay que seguir marchando, hay que seguir ese mismo camino y pedir que venga el Espíritu y que nos siga soplando, que nos siga vivificando, renovando, dando luz, fuerza, consejo, ciencia, sabiduríaIMG-20190904-WA0068.jpg, piedad, temor de Dios, entendimiento… para llevar ese carisma, que es don del Espíritu, a plenitud. Bueno… a plenitud tampoco, porque no se agota nunca y no lo vamos a agotar nosotras porque es de Dios, pero sí que sería precioso y buenísimo para todo el Pueblo de Dios darle un empujón grande, y en eso estamos.

Y para eso es para lo que debemos aprovechar -yo creo- este Centenario: para sacarlo a la luz y darlo a conocer. Porque el carisma teresiano enamora a quién lo conoce. El problema es que casi nadie lo conoce y a veces, cuando lo intentan presentar, te lo meten en una caja de cartón gris, dura, fría… y le quitan toda su frescura, todo su colorido, toda su belleza y, sobre todo, toda su alegría y su vitalidad. ¡El carisma teresiano es alegre! ¡Tremendamente alegre y vital! ¿qué es lo que hemos hecho mal para que se relacione muchísimas veces el Carmelo, lo teresiano, con una austeridad, una dureza, una disciplina espartana? ¿Qué hemos hecho con la naturalidad, la frescura, la sencillez y el sentido común aplastante de Santa Teresa? ¿Dónde está el humanismo teresiano tan cacareado?

Es frecuente entre gentes de Iglesia este diálogo: “¿Las Carmelitas Descalzas? ¡Unas monjas austerísimas!” Y yo digo: ¡qué pena que la definición que den de las Carmelitas Descalzas sea esa! Las Carmelitas Descalzas son las hijas de Santa Teresa, lo cual significa img-20160926-wa0310.jpgque son las herederas de su espíritu y de su apasionado amor a Cristo. Y eso se traduce en que son las mujeres más felices, más enamoradas, más entusiasmadas, con más profunda oración, con una vida interior intensa… ante todo, son mujeres locamente enamoradas de Jesucristo: ¡eso son las Carmelitas Descalzas! Pero no se las suele definir así y a mí me parece tristísimo. El panorama que pintan al hablar de ella es gris, cuando sobre el cielo hay un arco iris precioso, lleno de color y de luz. Y el fin de estas reflexiones -me ilusiona y entusiasma hacer esto- es redescubrir yo misma primero todo este tesoro y después… ver la Vida Religiosa en tecnicolor y no en blanco y negro: porque la Vida Religiosa no es en blanco y negro.

Ella crea un estilo de Vida Religiosa propio, original y único. Yo creo que eso no lo discute nadie y si lo discuten aún… pues están un poco atrasados porque eso ya prácticamente todo el mundo lo ha admitido: que el estilo teresiano es único y peculiar.

Y no se trata -en contra de lo que se pueda pensar- cuando se defiende el aspecto carismático de una realidad frente al aspecto jurídico o el aspecto normativo, de decir que por ser algo carismático, no tiene una forma externa ordenada. ¡No es una doctrina abstracta! Porque eso puede dar lugar a pensar que un carisma es algo que está en el aire, sin definir… ¡No, no, no! El carisma teresiano –como cualquier carisma- tiene unos límites netos, definidos y precisos. Otra cosa es que es algo del Espíritu y, como tal, no tiene límites, aunque se pueda definir, se pueda perfilar… pero no se puede encerrar y menos en unas normas.

El carisma teresiano ante todo es vida como cualquier carisma. Por encima de todo es vida, una realidad existencial, algo que sucede, que acontece, que es del Espíritu de Dios. En consecuencia, por ser del Espíritu Santo, es dinámico, es inagotable, y sobre todo, ¡¡está vivo!! ¡Es real! No es algo anclado en el pasado: “El carisma teresiano es del siglo XVI”. ¡¡No!! El carisma teresiano empezó a existir en el tiempo, en la Iglesia, en el siglo XVI, impulsado por una mujer que fue Teresa de Jesús, pero el carisma teresiano sigue vivo hoy, no se ha acabado, no se ha agotado.IMG-20190904-WA0061.jpg

Y no es algo que esté al margen de las normas. De hecho está codificado en normas y la Iglesia lo ha admitido como tal, y lo ha reconocido y aprobado como tal en las Constituciones, que son las de las Carmelitas Descalzas, y repito: hay muchos Institutos Religiosos que han nacido al amparo de ese influjo y también, de alguna manera, en sus legislaciones propias, tienen el carisma más o menos reflejado; unos más y otros menos.

El carisma teresiano ante todo es una realidad evangélica, es un remanso del Evangelio. Es una vivencia del Evangelio con un estilo propio que le imprimió esta mujer humanísima y cristocéntrica que se llama Teresa de Jesús. Este carisma nació y fue suscitado en unas circunstancias muy determinadas de la vida y la santidad de la Iglesia en el siglo XVI, porque era una necesidad que la Iglesia tenía. Dios acudió rápidamente a socorrer, a remediar, esa necesidad de su Iglesia y se codifica y se estructura en las formas concretas –repito- que son las leyes que la Iglesia misma ha aprobado. Pero esto empezó en un lugar concreto, con unas personas concretas, en un momento concreto… que fue en Ávila, en el año 1562, en el Monasterio de San José. Ahí empezó y después ha sido una gran luz -el Señor se lo dijo a la Santa- que alumbra al mundo entero, que se extiende y abarca el mundo entero.

Ella en un principio no escribe unas Constituciones, sino que empieza a vivir una vida, da unas normas más o menos concretas. Y si después lo codifica, si lo legisla, si da unas normas por escrito, que son las Constituciones, no es porque valore más las normas que el espíritu ¡ni mucho menos!, sino porque ella entiende y comprende que es necesario expresarlo de una manera concreta y que a la Iglesia hay que entregárselo expresado así para que la Iglesia lo refrende. Eso es lo que la Santa Madre hizo al escribir las Constituciones.

 

5 comentarios en “El carisma teresiano

  1. ¿Quien no oyó hablar de Teresa de Jesús? Creo que habrá poca gente ,que no la conozca.Bueno ,tanto como conocer…….Oír hablar de ella,eso sí. Ese es el gran problema,saber quien es La Santa,pero conocerla un poco más a fondo,no.Es una pena,porque yo ,lo poco a poco que voy descubriendo de ella (gracias a Las Carmelitas Samaritanas) me encanta,que una SANTA ,sea tan cercana, en un principio,me extrañó, pero ahora,la tengo como a alguien muy mio.Pienso muchas veces,que si La Santa,viviera ahora,no se notaría que viene del siglo xvl .Un abrazo Madre.❤❤

  2. Gracias 🤗.
    Como estoy, por tercera vez escuchando vuestras explicaciones de la vida. En youtu.be, me encanta seguir las explicaciones de un Carisma activo y actuante. GRACIAS por los Mails sobre la Santa

  3. pues yo me remontaría mas atrás del siglo XVI, me iría hasta aquellos ermitaños que iniciaron su vida anacoreta en el monte KARMELO y que acabaron formando comunidades a las que San Alberto acogió bajo unas normas, convertidas poco después en Constituciones aprobadas por el papa de la época. Si no decimos esto se van a “enfadar” y con mucha razón un buen numero de Carmelitas.

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