La doctrina de Santa Teresa sobre este tema que estoy diciendo, sobre la pertenencia a Cristo y la oración como pertenencia a Cristo, como elemento indispensable para ser de Cristo, es prácticamente imposible recopilarla porque está diseminada por todas sus obras. Tú coges el tomo de las Obras Completas y da lo mismo que tomes el Camino, que las Moradas, que las Fundaciones, que las Cartas, que las Poesías… que en cualquier sitio, está el mismo tema porque está desperdigada. Por eso intentar recopilarlo todo es poco menos que imposible; habrá párrafos más marcados o capítulos de determinadas obras en los que haremos más hincapié, pero en todas sus obras están “regadas” de su magisterio sobre la vida consagrada y el seguimiento de Cristo en la vocación religiosa.
Hay un libro en el que habla más de la consagración, de la Vida Religiosa, de la propia vocación, que es el Libro de la Vida, sobre todo los capítulos 4, 5 ,6 y 37. Esos cuatro capítulos están muy centrados en la consagración y en la propia vocación.
Después, en el Modo de visitar conventos puntualiza, explica, matiza, la forma de hacer una seria revisión de la Vida Religiosa por parte de uno que viene de fuera, por parte de un foráneo, el Visitador: viene uno de fuera, y tiene que ver que todo esté en orden en el convento y le da unas pautas para ver cómo hacerlo. Y luego, como es muy lista, también pone a las Prioras en guardia para que el que viene de fuera no se propase: hasta ahí tiene que llegar y de ahí que no pase. O sea: la Santa nunca dejaba nada descolgado o a medias. Era una mujer de un gran sentido común y con una mentalidad muy práctica y mucha experiencia. Sabía que muchas veces los que vienen a visitar conventos les encanta entrometerse donde no deben y entonces les dice: “¡No, ahí no les dejéis! Eso ya no es.” A ellos les dice lo que tienen que hacer y a las Prioras les dice: “¡Cuidado de que aquí no pasen!” Deja todo bien atado y en orden porque ella era una mujer muy práctica y con mucha experiencia.
En el Camino de Perfección, más particularmente, enseña el seguimiento de Cristo a las que estamos dentro de la vida religiosa; cómo tienen que ser las cosas viviéndolas desde dentro. Y por supuesto, esto está también muy precisado y condensado en las Constituciones. Lo que pasa es que las Constituciones son una serie de normas mucho más concisas –porque son Constituciones, no es un tratado– y en el Camino de Perfección explica el sentido, la razón, las motivaciones profundas, de todo lo que ella prescribe en las Constituciones que hay que vivir. El Camino de Perfección lo desarrolla.
De hecho, ya os he dicho alguna vez que -si por un imposible- todas la Constituciones Teresianas del mundo desaparecieran en alguna catástrofe y no quedara un solo ejemplar… ¡no pasaba nada! ¡No pasa nada! No hay que desquiciarse porque cómo tiene que ser una hija de Santa Teresa está explicado como en ningún otro sitio en el Camino de Perfección. Realmente las Constituciones explican muy poco o nada a ese respecto. Las Constituciones son normas, son pautas, pero cómo tiene que ser una hija de Santa Teresa, cuál es el ideal que ella tiene, cómo nos pintaba la Santa en sus deseos –que utiliza ella esta expresión– cómo quería que fuéramos sus hijas, está reflejado mejor que en ningún otro sitio en el Camino de Perfección. O sea: ¿queréis ser hijas de Santa Teresa auténticas, estupendas y al cien por cien? Camino de Perfección por activa, pasiva y perifrástica y de ahí sale una hija de Santa Teresa modelo, como ella quería que fuéramos, cómo Dios le inspiró que tenemos que ser. Más que en las Constituciones, más que en las Moradas, más que en ningún otro sitio, eso está en el Camino de Perfección.
Ella tiene una experiencia de la Vida Religiosa profunda y le imprime -como todo lo que hizo en la vida- un sello propio, único, peculiar, original, indiscutible… Lo hizo así en sus obras, lo hizo así en su oración, lo hizo así en sus fundaciones… pues lo hizo así también en su vida consagrada. Ella tiene un estilo que se llama “teresiano”, pero es que -en este caso- es una expresión acuñada con todo el derecho porque es de verdad propio, original y único: no ha habido nadie igual, ni puede haber nadie igual.
Buenas noches madre Olga. Gracias por evangelizarme .
El miér., 11 de septiembre de 2019 05:23 AM, Grita al mundo escribió:
> Madre Olga María posted: “La doctrina de Santa Teresa sobre este tema que > estoy diciendo, sobre la pertenencia a Cristo y la oración como pertenencia > a Cristo, como elemento indispensable para ser de Cristo, es prácticamente > imposible recopilarla porque está diseminada por todas s” >