Estas últimas semanas, al estar iniciando un nuevo camino en un nuevo lugar, con todo lo que eso supone de separaciones, desgarros del corazón, afrontar lo desconocido… estoy comprobando una vez más lo que es la nostalgia y la tentación de mirar hacia atrás y escribo estas líneas para compartirlo con vosotros y recordaros -y recordarme a mí misma- lo peligroso que es.
Os digo lo que me enseñó una monja santa e inteligente hace muchos años y que he ido comprobando por mí misma a lo largo de mi vida: nunca mirar hacia atrás, ¡ni para coger impulso! Y cuidado con la vieja tentación de los lamentos y de ir por la vida gimiendo y llorando diciendo que cualquier tiempo pasado fue mejor. Eso es mentira. Ningún tiempo pasado fue mejor, ni tampoco el futuro que -sencillamente- no existe.
El mejor tiempo es el presente que nos está tocando vivir. Es el único tiempo que tenemos realmente: con sus luces y sus sombras, sus alegrías, sus tristezas, sus desgarros y sus sorpresas. Hoy y ahora y aquí son la realidad que tengo para ser feliz y hacer felices a los que me rodean, o para lo contrario: para hacerlos infelices. No perdamos el tiempo en quejas y lamentos estériles, porque la vida es así: está sembrada de desgarros, renuncias y separaciones, pero no son malos ni negativos, aunque cuesten.
Que algo nos resulte difícil y penoso, no significa que sea malo, sino que requiere un esfuerzo especial de nosotros mismos y nos puede resultar duro, pero no es malo. Sentir nostalgia de lo anterior tampoco es extraño, ni es malo en sí mismo, lo que es malo es que nos anclemos ahí y ya no avancemos o vayamos arrastrándonos como ánimas en pena, y además desaprovechemos el momento actual para vivir intensamente. Porque lamentarnos por el pasado y dejarnos arrastrar por la nostalgia es estéril y nos saca de la realidad presente, que es de verdad lo único que tenemos.
El presente y sus circunstancias son nuestra única posesión en el tiempo, y hemos de afrontarlo y vivirlo. Hay que coger el toro por los cuernos y torearlo ya, sin lamentos ni demoras, porque me lo juego todo y es lo único que tengo: este tiempo presente para amar y hacer el bien. ¿Aún no hemos caído en la cuenta de que el pasado ya no existe -existió pero no existe- y el futuro tampoco, porque aún no está aquí y ni siquiera sé si voy a poder disponer de él, porque no sé si voy a estar viva mañana?
Centrémonos en el presente y dejémonos de añoranzas. Es bonito que sintamos nostalgia y nos duela el corazón, porque significa que hemos vivido y hemos ido dejando girones de nuestra alma en los lugares y en las personas, creando lazos de cariño y de entrega, y eso es muy hermoso, pero no podemos anclarnos, no podemos detenernos ni dejar de ser felices por añorar el pasado y echar a perder el presente. Hay que luchar… y darlo todo y aprovechar el presente para descubrir todo lo que Dios nos brinda de felicidad ahora, en este presente, y sacarlo a la luz y hacerlo realidad. ¡Cuidadito con las añoranzas y nostalgias excesivas! Eso ya no es sano ni normal: y lo peor es alimentarlas y darles cancha. Acordaos: hacia atrás… ¡ni para coger impulso!
Cómo siempre Madre Olga, veo este comentario acertadisimo. Plasma perfectamente una de las realidades de nuestra existencia. Totalmente de acuerdo en que el pasado ya no existe, es historia, el futuro no ha llegado, esta por venir. Por tanto solo y nada más nos queda el presente, que es realmente lo que hay que estar viviendo en cada momento, y si es haciendo el bien a los demás y circulando cada paso por el buen camino el que realmente interesa, el más preciado y al mismo tiempo precioso que es el que nos acerca cada día más a Cristo Jesús, creo que es el fin y la meta más importante que debemos imponernos en esta vida terrenal. Un abrazo Madre Olga María.
Gracias por estos consejos! Me ayudan mucho para no desenfocarme de la realidad y no perder el tiempo.
HERMOSOS PENSAMIENTOS MADRE OLGA MARIA!! GRACIAS!!
BUENAS NOCHES MADRE OLGA. ME HA DEJADO PENSATIVA CON SUS COMETARIOS DE QUE NO IMPORTA EL PASADO NI EL FUTURO SOLO EL PRESENTE. CREO QUE SIGO PENSANDO EN ESTO.