Aprendiendo a amar con la voluntad

 

Las tentaciones y las pruebas interiores para Teresita son -ante todo- ocasiones de testimoniar a Jesús el amor. Sabe que en las horas de duda y cansancio es tan difícil creer en la realidad de nuestro amor a Dios como creer en su amor por nosotros. “Dios me ama, ya lo sé -dirá una novicia así de entrada- pero yo soy la que no el ama”. El amor es sobrenatural y lo sobrenatural no está bajo nuestros sentidos. El amor está en la voluntad, no en la sensibilidad.

El amor procede de nuestra voluntad informada por la gracia: si queremos amar, realmente amamos. No IMG-20180528-WA0024.jpgse necesita menos fe para creer que nuestro amor no sentido agrada a Dios y le alcanza, que para creer en su amor para con nosotros.

El amor de Dios yo habitualmente no lo siento como siento otras veces el afecto hacia determinadas personas. El amor de Dios, yo, normalmente no lo siento de esa manera, pero creo firmemente en él y sé que es real.

A ver si sé decir lo que estoy pensando…. Yo leo habitualmente la Pasión de Cristo, y habitualmente no lloro cuando la leo. Sin embargo, me cuentan la enfermedad o el sufrimiento de alguien querido y fácilmente me conmuevo incluso a veces hasta las lágrimas. Y a mí eso a veces me ha hecho pensar: porque son dos planos diferentes.

Porque yo creo que -con la gracia de Dios- sería capaz de morir por confesar a Jesucristo, y no sé si sería capaz de morir por uno de mis semejantes, por mucho que le quiera. Luego es un plano distinto: no estamos en el plano de los sentimientos, estamos en el plano de la fe… del amor vivido en fe. He renunciado a muchas cosas en mi vida por mi consagración por Jesucristo. Por un ser de carne y hueso, solamente humano, creo que no lo haría. Y hay muchas personas a las que quiero muchísimo, pero muchísimo, pero no es un amor tan fuerte; es un amor más sensible, más sensitivo, pero no tiene la fuerza que ha tenido en mi vida el amor a Cristo.IMG-20161105-WA0124

Esto es lo que Teresita quiere que asimilemos bien y donde pretende que nos fundamentemos: el amor procede de nuestra voluntad informada por la gracia. Si queremos amar, realmente amamos. No se necesita menos fe para creer que nuestro amor no sentido agrada a Dios y le alcanza, que para creer en su caridad con nosotros.

El fin de Teresita en este punto es establecer al alma en esta certeza más allá de toda impresión sensible. Así asegura y salva el deseo de amar, en el momento en que es directamente atacado en el alma, el momento de la oscuridad. Como no sentimos nada nos parece que no amamos, dudamos a veces si Dios nos ama… todo está confuso y no se ve nada claro, no se entiende nada. Ella dice que en esos momentos nos tenemos que agarrar al deseo de amar. Yo quiero amar: en medio de mis pecados y no entender nada, yo quiero amar. Y si quiero amar estaré amando. Ya está. Ya no hay que analizar más cosas.

 

 

3 comentarios en “Aprendiendo a amar con la voluntad

  1. Esonvale también para ee matrimonio.El amor sentido pasa.Al final queda la voluntad de amarle en las pequeñas cosas de la convivencia.

  2. En mi modesta opinión esto es más de la fe que de la voluntad, creo y creo en ese amor y es un acto de fe, y amo a Dios porque creo en ese Amor.

  3. El amor de Dios es maravilloso.Grande es el amor de Dios.
    El jue., 31 de mayo de 2018 09:35 AM, Grita al mundo escribió:
    > Madre Olga María posted: ” Las tentaciones y las pruebas interiores para > Teresita son -ante todo- ocasiones de testimoniar a Jesús el amor. Sabe que > en las horas de duda y cansancio es tan difícil creer en la realidad de > nuestro amor a Dios como creer en su amor por nosotros” >

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