Un pueblo de dura cerviz

Jueves de la IV semana de Cuaresma, feria

 

  • Ex 32, 7-14: Arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo.
  • Sal 105: Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
  • Jn 5, 31-47: Hay uno que os acusa: Moisés, en quien teneis vuestra esperanza.

 

Reflexión: Con frecuencia somos un pueblo de dura cerviz que se olvida de ser conducido y cuidado por el Compasivo. Somos muy pobres y pequeños y fácilmente nos distraemos del camino correcto que nos saca del desierto de nuestras pobrezas y nos conduce a la Tierra Prometida que es su Corazón. Tenemos que orar intensamente unos por otros para que la luz de Dios llegue a nuestro corazón y salgamos de las tinieblas que nos llevan a ser infieles e ingratos con Quien tanto nos quiere y nos está dando continuamente el ser.

Nos está recreando y renovando continuamente con su Amor y llamándonos a más amor, a ser felices amando y siendo amados y a participar de su omnipotencia por ese amor. El amor es la fuerza más poderosa del universo, más poderosa que la energía atómica, y no es de origen nuclear, sino divino. el_descenso_de_las_temperaturas_nos_regala_imagenes_tan_bellas_como_estas_4796_570xEl Amor es la energía y la fuerza que viene de Dios, que es Amor en esencia, y es la única capaz de cambiar el corazón del hombre, que tiene capacidades infinitas y es la tierra sagrada que Dios ama y desea. Cada corazón humano es más grande y más importante que todo el universo y sólo Dios puede cambiarlo con la fuerza de su amor.

¡¡Qué duros somos y cuánto nos cuesta creernos esto…!! Necesitamos urgentemente una conversión íntima del corazón y lanzarnos hacia Jesús, que da testimonio del amor del Padre. Buscarle en las Escrituras es bueno y hermoso, pero es urgente buscarle y hallarle llamando a nuestra puerta que riendo entrar en nuestra vida. ¡Abrámosle!

Oración: Jesús, concédeme la gracia de un corazón dócil y abierto a tu Palabra, que te busque y te acoja en cada circunstancia de la vida. Enséñame a salir al encuentro de los que se extravían y ayúdame a darles testimonio de tu ternura y compasión para devolverlos a Ti. Amén.

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