Miércoles de la IV semana de Cuaresma, feria
- Is 49, 8-15: Te he constituído alianza del pueblo, para restaurar el país.
- Sal 144: El Señor es clemente y misericordioso.
- Jn 5, 17-30: Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
Reflexión: Cuando leo el Evangelio y veo Quién es mi Juez… el corazón se me colma de paz y de confianza. No me va a juzgar alguien que no me ama y me desconoce, sino Aquel que es todo ternura y amor y que ha sido capaz de morir por amor a mí ¿cómo puedo temer? ¿cómo puedo desconfiar? “El Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos”. Escuchar la Palabra de Jesús y seguirle es la clave de todo. El amor y la confianza en El son nuestro juicio particular, y no nos juzga El, somos cada uno de nosotros los que determinamos nuestro Juicio y nuestra sentencia dependiendo de las actitudes que vamos tomando en la vida.
Dios nos llama a salir de las tinieblas, de la esclavitud, y nos asegura que “no pasaremos hambre ni sed, no nos hará daño el bochorno ni el sol”… porque “nos conduce el Compasivo”. No puede haber palabra más tierna y conmovedora para referirnos a Dios: el Compasivo.
“Exulta, cielo; alégrate, tierra; romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados. ¿Es que puede una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré” Nunca estamos fuera del cuidado y la solicitud de Dios y eso hemos de tenerlo presente siempre y ahí hemos de descansar. Es complicado que una madre se olvide del hijo de sus entrañas, pero podría llegar a suceder… sin embargo el amor y la solicitud de Dios son totales, incondicionales y eternos.
Oración: Gracias, Jesús, por ser Tú mi único Juez y por la paz y el consuelo que me das al saberlo. Gracias porque descanso sabiendo que la sentencia a tu mandato AMARAS la voy a leer en tu Rostro, al compás de los latidos de tu Corazón. Te amo, Señor. Amén.
Que gran paz me embarga al meditar estas palabras , que será Dios lleno de misericordia y compasión quien me juzgará .
Este mensaje es como un revulsivo para comenzar una jornada llena de esperanza y de deseos de superación.
Que hermosura la de un Dios que es todo bondad y misericordia y que nos ama con tierno Corazón!!
Gracias Hermana Olga Maria del Redentor!!Por tu forma de hacernos acercar más y más a Jesús!! Dios le bendiga a Usted y a todas las Hermanas!!!!!