El Adviento de Dios

No sé si somos conscientes de que adoramos a un Dios enamorado: un Dios que nos ama y nos ama para siempre. El verdadero nombre de cada cristiano es ese: «amado-para-siempre».

Hoy celebramos que María está llena de Gracia, fue concebida de esa manera: sin mancha, sin pecado, sin trabas para ser toda de Dios. Esto es así y es cierto, absolutamente cierto y dogmáticamente declarado, pero… me gustaría añadir algo que nada tiene que ver con la definición dogmática, pero que también es verdad.

María no está llena de Gracia únicamente porque ha respondido sí a Dios, sino también porque Dios le ha dicho a Ella antes su sí. Y de la misma manera, antes dewp-1481151194601.jpg cualquier respuesta, Dios nos dice sí a cada uno de nosotros. Se nos ha adelantado con su sí para que nosotros podamos dar el nuestro.

Se nos adelanta siempre, como dice el Papa Francisco nos «primerea». Siempre. Indefectiblemente, el que gana siempre, el que da el primer paso, sin dudas, es EL.

Cada uno de nosotros lleno de Gracia, lleno de Dios, lleno de Don de Dios… porque su amor y su predilección son gratis. Todos llenos de gracia, en el sentido de que todos somos amados gratuítamente. Amados todos como somos y por lo que somos: para que la gracia de verdad sea gracia (gratis) y no mérito o cálculo.El amor de Dios es gratuidad.

La Virgen es llena de Gracia -independientemente del privilegio singular de su Concepción Inmaculada- porque Dios ha venido y ha llamado y Ella ha abierto y ha acogido su llamada. De igual manera nosotros nos llenamos de gracia y de bendición cada vez que abrimos la puerta a ese Dios que está permanentemente en un adviento sin fín, esperando poder venir a nuestras vidas, que le demos entrada a nuestro corazón.

Adviento es espera de Dios para ser recibido y tiempo de santidad para mí… si yo le abro. «La santidad no es lucha, sino rendición» (Marina Marcolini) Somos santos porque somos amados: Dios es el Amor que viene, entra y santifica con su sola presencia.

ninoExiste una santidad que no está hecha de observancias y preceptos, que precede a todos nuestros comportamientos y acciones, una santidad originaria, que viene de Dios y en la que fuimos creados: el estado de Gracia original, anterior al pecado original. Entonces aún no habíamos hecho nada, ni malo ni bueno, solamente éramos santos porque estábamos siendo amados por Dios. Su amor era nuestra santidad y nuestro pecado fue dar la espalda a ese amor.

Adviento es el tiempo de las llamadas y las esperas. La iglesia llama y espera la venida del Salvador, y Dios llama y espera a que muchos le abran y acepten la salvación que viene a traernos. Es el Adviento de Dios: «estoy a la puerta y llamo…»

2 comentarios en “El Adviento de Dios

  1. Madre Olga, que reflexión tan bonita y que bien explica la Gracia en María y en nosotros….»Somos santos porque somos amados: Dios es el Amor que viene, entra y santifica con su sola presencia.» He entendido en profundidad la lectura de Pablo a los Efesios de hoy: «El nos eligió en la persona de Cristo para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor». Tantas veces he leido, guardado y orado este himno y hoy lo he comprendido desde María Inmaculada y ese saberme elegida, buscada y amada desde toda la Eternidad.
    No se canse Madre, de compartir la Fe
    con tantas personas, que se acercan a estos medios Samaritanos, ¡¡cuánto bien hacen!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *