Templos de Dios vivo (II)

No es sencillo, pero hay un ejercicio importante que os invito a practicar de manera habitual. Tenemos que crear un hábito, una costumbre, una «rutina», si cabe la expresión: en cada persona que se acerque, yo tengo que ejercitarme también en esa mirada de fe y ver a Jesús, como lo en la Custodia cuando está el Santísimo expuesto.a_urismo-de-asturia-a

En mi vida cotidiana a mí me ayuda mucho esto en el trato con las hermanas. Yo sé por la fe, que está en cada hermana: en cada una de mis hermanas que ha comulgado esta mañana está Él, bajo otra apariencia, pero es Él. Cada hermana es una Custodia Viva, es un Templo de la Santísima Trinidad, del Dios vivo, del Espíritu Santo. Lo mismo con cada uno de los fieles cristianos.

La Beata Isabel de la Trinidad, cuando nació su primera sobrina, escribió a su hermana Margarita una carta preciosa, en la que dice -después de que la niña hubiera recibido el bautismo- que desearía acercarse a su cuna y arrodillarse allí para adorar al Dios que moraba en ella. Tal era la fuerza del deseo de adorar al Dios vivo, presente, resucitado en aquella niña que ya estaba bautizada y que ya era templo de Dios.

Esto es real, idéntico, en cada uno de nuestros prójimos, independientemente de los accidentes externos, del modo externo, de lo que veamos por fuera, de sus actitudes, de sus actos; si queréis, hasta de sus faltas claras objetivas, reales… independientemente de todo eso… ¡mi prójimo es un templo de Dios Vivo! ¡Dios está en él! ¡Vive en él! ¡La posee! Tendríamos que arrodillarnos ante cada uno para adorar a Dios. ¡Cada uno de mis hermanos es Templo del Corazón de Cristo! En cada una de mis hermanos está expuesto Él, a la vista, y tengo que ejercitarme en la fe y en verle a Él en ellos.

Resumiendo un poco podemos decir que los cristianos tenemos una doble tarea: por un lado, trasparentar yo lo más posible a Dios en mi vida, para que mis hermanos le puedan ver; y, por otro lado, ejercitar yo esa mirada de fe en mis hermanos, para poder verle en ellas.

¡Eso es un Templo de Dios vivo! ¡Esa es parte de nuestra vocación! Y sólo con ese espíritu de fe, de dar a Dios, de llevar a Dios y, al mismo tiempo, de ver a Dios y amar a Dios en cada ser humano, estaremos de verdad viviendo nuestra vocación a configurarnos con Cristo. Y estaremos dándole gloria, y dando culto al Dios Vivo «en espíritu y verdad», porque así le dijo Jesús a la mujer samaritana que tenía que adorar a Dios: ¿Dónde?, ¿en qué templo?, ¿en el monte?, ¿en el templo?, ¿de esta manera?, ¿de la otra? wp-1472974771435.jpg“Llegará un día en que los verdaderos adoradores, mujer, a ti te lo estoy diciendo, adorarán a mi Padre en espíritu y verdad”.

Y no solamente verle en ellos -que repito muchas veces no es fácil, y requiere un ejercicio y un entrenamiento-, sino saber que, al encontrarle expuesto en ellos, hay infinidad de ocasiones de reparar en los hermanos sirviéndoles, amándoles, cuidándoles… Y tenemos que pedir la gracia –¡y esto es muy importante!- de no dejar pasar ocasión de amarle en ellos, de confesarle en ellos, de expiar en ellos, de sacrificarme por ellos, de curar sus heridas -que son de Él-… de reparar sus errores, de que me duela lo que a ellas les duele, de entregarle la vida a Dios, entregándosela a ellos… Todo eso es parte del plan del Corazón del Señor

Para las Carmelitas Samaritanas esta vivencia es fundamental. Lo de menos es  lo que tendrá Dios dispuesto de nosotras, adónde Él nos quiera llevar… ¡da igual! ¡Da igual que sea un lugar muy emblemático o no! ¡Da igual! Porque cada una de nosotras es un templo vivo y donde vayamos y haya una comunidad de Samaritanas habrá un templo espiritual vivo, formado por piedras vivas, por templos vivos; y, donde haya una comunidad de hermanas, habrá un templo expiatorio vivo.

Pero para eso eso tenemos que ir a Nazaret, a Galilea, ¡allí le veremos! Fue lo que le dijo Jesús a María Magdalena: “diles que vayan a Galilea, ¡Allí me verán!” Para encontrarse con Jesús Resucitado hay que ir a Galilea, a la intimidad, al principio, al origen.

5 comentarios en “Templos de Dios vivo (II)

  1. Querida Madre Olga, Dios te bendiga. Os he descubierto hace un tiempo, cuando todavía estábais sólo en Valladolid. Para mi es un regalo del cielo que hayáis venido a Asturias.
    Preciosa reflexión la de hoy, día de mi aniversario de boda, otro regalo 😉 .
    Nunca lo había visto de esa manera y me ha hecho recapacitar. Cada vez que sonríes a un semejante, le ayudas, le consuelas, te conmueve de alguna manera es Dios mismo quien se presenta ante ti. Me estremece pensarlo así. A partir de ahora lo tendré muy presente e intentaré sentir lo mismo por aquellos que suscitan sentimientos muy contrarios y que más bien prefieres alejar de tu vida. Quizás sea menos difícil de aquí en adelante. Pido tus oraciones para poder conseguirlo. Gracias por estar aquí.

  2. «»Resumiendo un poco podemos decir que los cristianos tenemos una doble tarea: por un lado, trasparentar yo lo más posible a Dios en mi vida, para que mis hermanos le puedan ver; y, por otro lado, ejercitar yo esa mirada de fe en mis hermanos, para poder verle en ellas….»»

    ¡¡GRACIAS Madre Olga!!

  3. Solo agradeser infinitamente por aclarar muchos temas de los cuales con tantos años de servicio en la comunidad no lo tenia tan claro ahora con propiedad puedo compartir bendiciones

  4. Qué bien me hacen sus comentarios y reflexiones GRACIAS!!!!
    Cuánto tengo qye aprender y hacer y recuperar mucha vida perdida….
    Cada vez los comentarios es un aldabonazo que Dios me da en el corazón
    Pero necesito mas fe……. Para saber ser mejor
    Me siento muy pobre y muy nada…..
    Por favor rece un poquito por mí solo un poco porque mucha gente necesita más..

  5. Gracias Madre por iniciarme en este caminito. Cada día, voy descubriendo un poquito más a Este Jesús que casi no conocía, y sobre todo viéndolo en los hermanos”por cierto ,en algunos se me hace muy cuesta arriba”pero ahí voy,con un poco más de tiempo,lo voy consiguiendo.Un abrazo.❤🌸

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