La espalda del Cachorro

Después de cantar  y emocionarnos rezándole con música y llorando ante el Santísimo Cristo de la Expiración, el Hermano Mayor de la Hermandad nos invitó a pasar por detrás de la imagen, en su camarín y verle por la espalda y…. ¿que decir? Me pide un corazón samaritano allí presente que escriba sobre ese momento pero…

También besamos con mimo el manto de la Virgen del Patrocino queriendo demostrar nuestra ternura por la Madre del Señor y nuestro deseo de enjugar sus lágrimas y compartir con Ella su «oficio» de Corredentora.

Después de cantar «Cara a cara»… me vi de espaldas a El , detrás de El… y el sentimiento era…. a sus pies y detrás… ¡¡mi lugar!! Desde allí abajo… img-20160227-wa0076.jpglo único que se veía era su Cuerpo, la Cruz -tan grande y visible desde el otro lado- apenas se veía cuando estaba a sus pies y detrás…. y el resplandor de los focos me cegaba y no veía la iglesia casi ni nada alrededor…. ¡sólo se veía la Carne bendita del Crucificado, su Cuerpo santísimo! El es el sólo necesario! ¡¡Sólo Jesús Crucificado es el Camino y la Verdad y la Vida!! ¡Mi Todo, mi único Todo, mi Vida inseparable!…

Detrás de Jesús, en su seguimiento, la Cruz se hace imperceptible… el consuelo de estar con El es tan grande que… casi no se nota su tamaño ni se siente su peso… Se mira a Jesús y ahí se descansa y se sacan fuerzas para lo que sea.

Y en ese momento… me sentí llamada a permanecer allí para poder más tarde en el Cielo contemplarle cara a cara y sin velos, sin impedimentos, sin trabas…

Deseé verle así siempre. Eso significará que estoy en el lugar que me corresponde: en su seguimiento, en pos de El… Si le veo siempre desde ahí significará que El va por delante y yo no me interpongo, no soy obstáculo a su obra y sus planes de amor. Si siempre le viera así, como en aquel bendito momento,  significará que le estoy siguiendo y yo voy detrás y así no me equivocaré nunca…

¡Qué capricho tuve de abrazarme a sus pies desde ahí abajo y «llorar pegada a sus heridas»..! ¡Qué deseo de quedarme ahí para siempre…! Cuántas veces El carga conmigo sobre sus espaldas porque mi dureza de corazón y mi terquedad me convierten en cruz que El carga sobre esas espaldas…

 

 

 

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