Polvo enamorado

 

A este día de hoy -miércoles de ceniza- muchas veces le ponemos un tinte de tristeza, de melancolía… un tinte gris como la propia ceniza. Y pienso que es un tinte equivocado, que no responde a la realidad del día que estamos viviendo porque no lo enfoca bien, no lo describe bien… no expresa correctamente lo que la jornada de hoy significa.

Hoy es un día para pensar en la fugacidad y la brevedad de la vida. Un día para pensar cómo todo se pasa, cómo todo es transitor, cómo todo es efímero y fugaz… pero no necesariamente ha de ser un día triste, sino un día que nos recuerde que estamos aquí de paso.

Antes, en el antiguo ritual, cuando se nos imponía la ceniza, el sacerdote decía: «acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver». d9cc4a7a43e105e6826729cb6c76580020130508Nunca he entendido por qué hemos tenido que cambiar esas palabras por las actuales: «conviértete y cree en el Evangelio». Supongo que habrá una razón profunda y teológicamente bien fundamentada, pero una vez lo pregunté y me contestaron que la frase anterior era triste y tétrica. ¿¿..??  Yo me callé porque creí que no era cuestión de ponerme a discutir con el sacerdote que me informó, que además es un hombre docto y sabio en cuestiones de exégesis y liturgia, pero sí me permito disentir y expresarlo ahora, aunque aquel día no me permití discutir con él.

Para mí no es ni triste ni tétrico recordar que soy polvo y he de volver al polvo; al contrario: para mí es bueno y sano recordármelo y que la Iglesia me lo recuerde.

El «problema» no es que yo sea polvo y que haya que volver al polvo. Nos guste o no… eso no es un problema, es una realidad. El problema está en no tener la valentía suficiente para afrontar esa realidad y huir de la verdad y no querer asumir que la muerte es la única realidad esta vida y que caminamos hacia ese momento supremo de encontrarnos con Dios cara a cara.

El «problema» no es que seamos polvo y nuestra naturaleza vaya caminando hacia el polvo, el «problema» -lo penoso de esta realidad- es llegar a ser polvo triste, polvo desesperanzado, polvo muerto. Mflor_desiertoás que nunca hoy cobran sentido para mí las palabras del poeta: polvo soy, pero al fin… «polvo enamorado».

La vida es muy corta. Y el tiempo para dar a Dios muy breve. El tendrá después la eternidad para desquitarse… Por eso quiero pasar por el mundo dejando una huella de amor, sembrando en todos los que se rocen conmigo inquietudes de buscar a Jesús y de conocer su Corazón. ¡¡Quiero levantar una polvareda de amor!! Que por donde yo pase… mi polvo se cuele por todas las rendijas y «huela» a amor y se «respire» amor.

Que yo me acuerde siempre de esto: que soy polvo y regreso al polvo, y me queda poco tiempo para amar y hacer amar a Jesús y no lo puedo desperdiciar. No importa ser polvo… lo que importa es ser polvo que incendie el mundo en amor. Y cuando muera… «dejaré mi cuerpo, pero no mi cuidado…», «seré ceniza… pero tendré sentido…», «polvo seré, mas polvo enamorado…»

10 comentarios en “Polvo enamorado

  1. ¡Bonita reflexión, Madre Olga, muchas gracias!

    Nuestra sociedad se empeña en no ver la realidad y la oculta con mil y un disfraces y engaños lingüísticos para no afrontarla, pensando que, ocultando la cabeza, la realidad será otra: triste pérdida de tiempo y de fuerzas cuando ese camino no conduce a nada, salvo a la decepción segura más pronto que tarde.

    Sí, polvo somos y a él volveremos, porque nuestro paso es fugaz y los días avanzan hacia el fin del camino, pero esto no es ninguna tragedia, porque ese camino que acaba no es el final: lo más importante empieza cuando acaba éste. ¿Entonces? Sabernos polvo nos previene contra la vanidad (la propia y la del mundo) y nos hace poner a Dios el primero en nuestro corazón (Él es nuestra roca segura en la que descansar nuestra vida y permanece siempre a nuestro lado, fiel a su promesa); nos hace vivir la vida buscando la santidad (propia y de los demás) y no perdiendo tiempo en aquello que nos hace alejarnos de Dios (porque en el cielo nos examinarán de amor, y el tiempo que tenemos para amar es breve); nos recuerda que nosotros no nos hemos dado la vida natural (nuestros padres, a los que siempre debemos amar) ni la mayor parte de las cosas que tenemos (las hemos recibido de otros, a los que debemos estar agradecidos: profesores, compañeros de trabajo, catequistas,…) y, sobre todo, nos hace ser conscientes de Quién es al que le debemos todo (nuestra vida, nuestra familia, nuestra fe…): el Dios Amor que nos creó por amor, se encarnó por amor, predicó por amor, padeció la Pasión por amor, murió por amor y resucitó por amor a cada uno de nosotros. Un Dios que cuida de nosotros cada día de nuestra vida y que nos espera fiel al final del camino para concedernos ser bienaventurados eternamente junto a Él (¡esta es la maravilla que nos aguarda tras esta vida fugaz!).

    Sí, polvo somos, pero un polvo amado infinitamente por Dios…un polvo que no quiere otra cosa que permanecer siempre enamorado del Amor y amar al prójimo por amor a Él.

    Muy feliz y santa Cuaresma para toda la comunidad carmelita, Madre Olga

  2. Buena reflexión para comenzar la cuaresma,desgraciadamente vivimos en una sociedad en la que todo vale,queremos eliminar a Dios de nuestras vidas, porque no lo necesitamos, es por esto que vale la pena pensar en lo efímero de la vida.!Ojala esta reflexión llegue a muchos y despierte del letargo a tantos otros.

  3. Esta mañana en la misa de la ceniza fue como siempre, triste, creo que es la misma homilía de otras veces. Esta versión del polvo enamorado le da la vuelta por completo. Me ha alegrao el día al ver que este día de ahora en adelante , lo voy a ver de otra manera. Gracias M.Olga. Un abrazo.

  4. Nunca pensé que me haría feliz ser polvo, saberme polvo….Ah!! Pero, ¡¡”polvo enamorado”!!, eso es algo maravilloso que en este Miércoles de Ceniza me acompaña y recuerda, ¡cuánto ama Dios mi debilidad, mi polvo!! Y cómo lo convierte con Su Amor en “Polvo enamorado”.Madre, su reflexión ha llenado de gozo mi corazón. Gracias. ¡¡Santa Cuaresma, queridas Samaritanas!!

  5. Madre,tienes el Don de la palabra sencilla pero aguda y fuerte,simple pero directa ,cuando mis palabras sobran,porque no encuentro la exactitud para decierte todo,con un cerrar de ojos en el SANTISIMO,te abre dicho todo,Madre querida.

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