Mirando a mi alrededor hay algo que me pregunto -siempre volvemos a la misma pregunta- y os pregunto a todos los que estamos bautizados y somos cristianos y, por tanto, estamos llamados a vivir el Evangelio: ¿Qué estamos haciendo con nuestra vida? ¿en qué consiste? ¿vivimos inquietos y en búsqueda o apoltronados en un sillón… instalados y sin movernos?
Reflexioné mucho sobe esta cuestión cuando tuvimos que renovar una serie de piezas del ascensor y lo tuvimos fuera de uso unos cuantos días. Ví el parón del ascensor y sus «consecuencias» como un reflejo de lo que sucede en la vida del espíritu tantas veces: voy casi siempre en ascensor y el día que se estropea el ascensor… ¿no puedo subir la escalera?… El día que se me estropea el ascensor del espíritu… ¡qué drama!, porque estoy acostumbrada a hacer una serie de cosas que regulan mi vida espiritual. Cosas y prácticas muy medidas, muy organizadas, como utilizar el ascensor: doy al botón, subo al tercero; doy al botón y bajo al piso bajo; doy el botón y no sé qué… Pues algo así: rezo Laudes, voy a Misa, hago un tiempo de oración, el examen de conciencia, rezo el rosario, la lectura espiritual… ¡ya lo tengo todo controlado!
Se me rompe un día el ascensor y… “¡Ay, Dios mío! ¿Y ahora cómo subo?” Si un día me sacan de mi orden establecido, ¿cómo busco a Dios? ¿Cómo le encuentro? Si se me estropea el ascensor… ¡me transformo en una inútil! ¿En la vida espiritual me pasa igual? ¿Tengo que dar botones? ¿No soy capaz de mover las piernas? ¿Tengo algo en el corazón que me mueve? O… como tengo todo programado, el día que me desprogramo le digo al Señor “espera que no me funciona el ascensor. Otro día subo, porque tengo una artrosis, un dolor de no sé qué… un dolor de no sé cual… esto es la falta de costumbre… no tengo fuelle… llego al tercero muerta…”. Y el Señor diciendo: “¿¿??” ¿Vivimos inquietos y en búsqueda o instalados?
¿Estamos pendientes de que no se nos anquilose el corazón a base de tanto pulsar botones en la vida espiritual? Esto es muy importante para que no se nos muera el amor… que el amor se puede morir ¿eh? ¡Sí!… Sí, el amor se puede morir: primero se enfría y luego se muere.
Para que no se nos muera el amor y para poder perseverar, permanecer, hay que buscar siempre, sorprenderse siempre, «aluciflipar» siempre… (Alucinar + flipar = aluciflipar)
No subir siempre en ascensor, usar la escalera de vez en cuando: unas veces esta escalera, otras veces la otra, otras veces usar la pértiga -sería más arriesgado, pero sin duda apasionante-, alguna vez bajar por la barandilla… ¡Experimentar cosas nuevas en el amor! ¡Arriesgar!
– Je… ¿y si bajo por la barandilla y me caigo por el hueco de la escalera?
-¡Hombre, mala pata! ¿Y si vas en ascensor y se va la luz?… ¿eh?
Para amar hay que arriesgar. Para vivir hay que arriesgar…. la excesiva seguridad convierte la vida en vida vegetativa, pobre, seca, vacía y… nos lleva al encefalograma plano. En la vida espiritual sucede lo mismo.
No olvidemos nunca que el ascensor sirve para aliviarnos y ayudarnos algunas veces, no se puede convertir en un elemento esclavizante sin el cual ya no nos sabemos mover.
El amor es como el fuego de una chimenea en el hogar:si ponemos la leña,el papel para que empiece a prender,la cerilla para que arda y así comiencen a arder los leños…..pero si al rato,por el calor,esos leños caen y con ello las llamas se van apagando poquino a poquino y dejan de arder….hay que colocar de nuevo esos troncos,reavivar las llamas con el fuelle para así volver a arder….
He vuelto a descubrir el amor y quiero vivir en ese amor. …
Tengo que reconocer que a pesar de que soy siempre de las cogen el ascensor, he leído en revistas médicas que es muy conveniente subir siempre las escaleras andando porque activa la circulación, baja el colesterol y dinamiza el aparato locomotor.
Aún así , por comodidad sigo subiendo en ascensor!!!
Me parece muy oportuno este artículo porque de nuevo me hace plantear la necesidad de dar un poco de alas tanto a mi corazón como a mi alma, léase vida espiritual.
Y sí, por una vez voy a hacer caso, voy a arriesgarme y a lanzarme no por el hueco de la escalera, pero sí, a probar nuevas formulas de entrenamiento para mi espíritu.
Por ejemplo con motivo del Año de la Misericordia , se me ocurre ganar la indulgencia, con motivo de mis nuevos ejercicio alma vasculares, voy a ver sí hago alguna expedición por las calles de Vallddolid y encuentro alguna nueva capilla dedicada a la Virgen y la llevo una flor, o me doy un paseo romántico a ja orilla del Pisuerga y voy cantando bajito :A ti levanto mis ojos , a ti que habitas en el cielo, a ti levanto mis ojos porque espero tu misericordia!!!
De momento eso es lo que se me ocurre para ir subiendo las escaleras que me acercan a Jesús , ya sé que es muy poco pero por algo se empieza!!!
Pues a mí me ha pasado este fin de semana que he olvidado mi ayuda memoria para rezar los requiem a las benditas almas del purgatoio, son dos rosarios seguidos para completar diez decenas con los cien requiem; y en casa no pude rezarlos porque no lo sé de memoria a menos que mire el papel.
Se me viene a la mente, ¡ me quedé sin el ascensor y no supe subir sola !…..todos los días hago aquella oración, pues me he dado cuenta que estoy actuando como un robot,….me desorienté sin la ayuda memoria, tampoco se me ocurrió rezar alguna en favor de ellas.
Gracia Madre Olga María, por vuestra maravillosa reflexión, Dios hoy me habló directamente al corazón.
Un abrazo
María Eliana
Valdivia, Chile
Queridisima Madre Olga :
Mil gracias por vuestra maravillosa reflexión, hoy Dios me ha hablado con una claridad esplendente y directo al corazón……….!!
No pude rezar durante el fin de semana el rosario a las benditas almas del purgatorio, pues tengo en un papelito anotada la forma para rezar las diez decenas, y así completar los cien requiem.
La hago todos los días, como me desorienté ni siquiera se me ocurrió haberlas incluído en mis otras oraciones…….
Ya no volveré a rezar sujeta a lo que está escrito, sino dejo de cumplir cuando se me olvida el papel.
Bendito sea Dios por ponerla a usted en mi camino, en el trayecto de mis días, por iluminar mi vida espiritual, no sabe cuánto bien me hace, sus reflexiones son una catequesis de incalculable valor.
Un abrazo gigante
María Eliana
Valdivia, Chile
Queridisima Madre Olga María del Redentor :
Escribí dos veces mi comentario, pues el primero no se había publicado durante la mañana, ahora son las 15:00 y me encuentro con los dos…….en fin bendito sea Dios ! , quedó descrito mi anhelo de poder comunicarme con usted.
Gracias, mil gracias carisima Madre, que el Señor la conserve para nuestro bien, y bendición de todos quienes deseamos crecer en santidad.
Quisiera poder abrazarla, pero desde la distancia lo hago a través del Corazón de Nuestro amado Señor.
Su agradecida
María Eliana
Valdivia, Chile
Gracias por todo!!!!
Gracias por todo!!!! A veces tarda un poquito
Gracias
Yo necesito, mantener la llama del AMOR viva, no quiero que se apague, o si no estaría perdida, mí vida estaría vacía, necesito subir y bajar las escaleras, no quiero que separé el ascensor necesito el Amor de Dios, quiero enamorarme de Dios cada día.