Diálogo fraterno como expresión de comunión

El diálogo, nos dice Santa Teresa, que es comunión. Vamos, no lo dice expresamente con esas palabras porque ella no utilizaba la palabra “diálogo” y tampoco utiliza la palabra “comunión”, pero hay un montón de citas y de expresiones suyas por las que ella nos lleva a esa conclusión.wp-1581866632721.jpg

Podemos formular que el diálogo es comunión. En la comunidad teresiana no basta, acabamos de decir, que las hermanas se toleren. Está bien que se toleren pero no es suficiente, que eviten los choques, que se lleven bien o que se salve la parte externa y reine una aparente alegría. Lo de la aparente alegría se da a veces. ¡Hace falta que reine una auténtica alegría! Y la auténtica alegría pasa por todos los colores del arco iris. La auténtica alegría no es rosa, esa es la aparente alegría con una sonrisa “Colgate” o “Profiden”, es aparentemente felices, todo el mundo sonríe y todo el mundo es estupendo, pero es aparente.

La auténtica alegría pasa porque a veces la sonrisa no sea tan “Profiden” sea una mueca que nos sale como podemos -y ¡menos mal que nos ha salido!- y pasa por todos los colores del arco iris, también por el gris y también por el negro y por el negro oscuro. Porque una cosa es la realidad, las circunstancias… y otra cosa es la alegría profunda, auténtica, que a ver… no aparece de repente y ¡¡plim!! ya estoy alegre, y cualquier tontería te la tumba. IMG-20190914-WA0130.jpgEs algo mucho más sólido, porque la verdadera alegría es vivir con intensidad en Cristo, entonces esto es la fuente de verdadera alegría. Vivir con intensidad en Cristo lo bueno y lo malo. Lo malo es fuente de alegría igual que lo bueno, el sufrimiento es fuente de alegría igual que el gozo.

La alegría es una cosa que está muy por encima; es un fruto del Espíritu, no es algo que cosechemos nosotros. “Los frutos del Espíritu son alegría, paz…” (Gal 5, 22) Lo primero que dice San Pablo es alegría. Entonces la alegría es una cosa mucho más que el “jiji jájá” y lo dicharachero de una conversación. Hablo de una auténtica y profunda alegría, que es fruto del Espíritu y no de una aparente alegría.

Teresa de Jesús sabe que las hermanas -en esto tiene muchísima experiencia- se necesitan unas a otras para crear el ambiente apropiado donde probar la amistad con Dios porque lo dice San Juan: “si uno dice que ama a Dios a quien no ve, pero no ama a su hermano a quien ve, es mentiroso” (1 Jn 4 20). Pues si uno dice que tiene una profunda amistad con Dios, o sea una oración profundísima, pero luego no tiene un trato profundo   -una amistad profunda- con su comunidad, es mentiroso. ¡No me cuentes que estás en las Séptimas Moradas o que has inventado la octava y la novena ya, porque las séptimas eran poco para ti! Si después, en tu vida comunitaria, no demuestras eso… pues me da igual que estés en la primera que en la décimoséptima: ¡yo quiero ver los frutos!

Y en las Séptimas Moradas la Santa Madre lo dice: “¿Sabéis lo que es ser espirituales de veras?” ¿Sabéis? “Ser esclavas de Dios selladas con el sello de la cruz y de las hermanas”. ¡Eso es ser espirituales de veras!

A mí no me cuentes que has tenido… -un querubín no- que te vengan de tres en tres a traspasarte el corazón y todas las vísceras… ¡me da igual! Si luego llegas a la comunidad y no hay hijo de madre que te aguante… pues…  ¡vete con los querubines y que te aguanten ellos!

-“No, yo estoy en la oración medio dormida, no me entero de nada, me pierdo todo el rato en las antífonas… estoy súper distraída… soy un desastre total y el Señor lo sabe, y luego encima ya, cuando se acaba el Oficio, yo quiero rezar pero es que me quedo frita porque no me tengo…”

-Pues, ¿qué vas hacer? Tú te esfuerzas…

-“Sí pero no logro nada, mi oración es un desastre.”

-¡Ya! Pero luego con las hermanas?…

-“¡Hombre!, las hermanas, las pobres, ¿qué culpa tienen? Pues yo las trato con todo el cariño, procuro ser una buena hermana, sonreír… ¿qué culpa tienen ellas de que yo sea un desastre?”

Pues yo prefiero a esta, a que la de los tres querubines pero que… ¡cualquiera la tose! Y cualquiera la mira porque… a los querubines les sonríe y a nosotros… nos hace ¡¡fuuu…!! todo el rato. Entonces hay que ser coherentes. ¿Que se duerme todo el rato? Pues que se duerma y descanse en paz pero luego… ¿cómo es en la vida común? “Mientras no ronque, se le puede tolerar que se duerma. ¡Roncar ya no! ¿eh?”… Pero ¿cómo es en la vida común? Es que si no…

Ella sabe -la Santa lo sabe- que toda nuestra relación con el Señor y todo nuestro ejercicio de virtudes hay que probarlo en la vida común, que es la gran prueba, el gran crisol. O sea, esto es como lo de la prueba del algodón… la prueba es la vida común. “¡¡Esta hermana es una santa!!” Espera, vamos a verla en su salsa en comunidad, vamos a ver qué dice cuando le pisan lo que está fregando, cuando le dicen que qué comida ha hecho que si no sabe que existe la sal, que hay que echar sal…; cuando le dicen que ha hecho mal eso, que lo descosa que está fatal, y que por favor… A ver: ¿cómo reacciona en esos momentos? Y ahí se ve la virtud de una persona y ahí se ve su oración.

Ya os lo he dicho muchas veces el ejemplo de San Francisco de Sales: “La persona que sonríe siempre, que mantiene una constante y amabilísima…   -porque claro, igualdad de espíritu… hay algunas que siempre están de moños, o sea: ¡qué igualdad de espíritu!– una constante y amabilísima igualdad de espíritu, porque hay gente que tiene una igualdad de espíritu bárbara… Siempre tiene igualdad de espíritu sí, pero no de esa… de la otra, ¿no? Porque ¡esa es precisamente la no que hay que mantener! Una constante y amabilísima igualdad de espíritu, esa persona es santa.wp-1584093152899.jpg

Ya no necesito que me cuentes más: siempre en actitud amable, sonriente… pero no con sonrisa de imbécil…  ¡No! una persona abierta a los demás, con agrado, con buena cara, receptiva siempre… siempre acogedora, siempre en buen plan, que nunca tiene una mueca de mal genio ni una palabra más alta que la otra, nunca… ¡nunca! Esa persona es santa y ha llegado a la unión con Dios porque -si no es unida a Dios- no se puede vivir así, bufas al primero que pasa y el día que te apetece, como es lógico y normal.

La persona que mantiene esa constante y amabilísima igualdad de espíritu es santa. No necesito que me cuentes del resto de las virtudes, ni de la oración, porque estoy segura de que va a vivir perfectamente la obediencia, va a vivir perfectamente la pobreza, y todas las virtudes evangélicas: la castidad, por supuesto; va a tener un grado de oración y de unión con Dios Altísimo… Eso es así y no necesito que me cuentes más. Si mantiene esa constante y amabilísima igualdad de espíritu… ¡perfecto!, ¡es santa sin lugar a dudas! ¡Es una de las cosas más difíciles del mundo! Porque… vamos a ver: ¿quién es la guapa que en un momento dado no arruga la nariz y pone mala cara? ¡Todas! Yo por lo menos… vamos: y al mi alrededor también, no veo yo… Tengo que decir que a la persona esa de la constante y amabilísima igualdad de espíritu no la he conocido. He conocido personas muy santas, pero eso que dice San Francisco de Sales, al menos como yo lo entiendo, no me he topado con nadie.

Decía con esto, que la Santa Madre sabe que en la comunidad es donde de verdad se mide el amor por Dios, donde puedo probar mi amistad con Dios. Y la comunidad es necesaria para agradecer la presencia de las otras, que me ayudan a que yo me ejercite en las virtudes y yo también las ayudo a ellas a que se ejerciten en las virtudes conmigo porque necesitarán tener mucha paciencia muchas veces conmigo, mucha caridad, mucha mansedumbre… es una ayuda mutua, ¿no? Es un taller donde mutuamente nos vamos puliendo unos a otros. En la comunidad es donde se realiza la obra del amor, es donde se prueba que esa obra existe, porque de mi intimidad con Dios no hay prueba de nada, donde se prueba es en la vida común.

 

 

4 comentarios en “Diálogo fraterno como expresión de comunión

  1. Gracias madre Olga, excelente reflexión, llega al alma. Y así es… el amor a Dios, la oración, el encuentro con Él se muestra en la vida fraterna. Que el Señor nos alcance la gracia de la sinceridad de corazón y el fruto de la auténtica alegría. Bendiciones para usted y toda la comunidad.

  2. Gracias por compartir.
    El dom., 22 de marzo de 2020 12:39 AM, Grita al mundo escribió:
    > Madre Olga María posted: “El diálogo, nos dice Santa Teresa, que es > comunión. Vamos, no lo dice expresamente con esas palabras porque ella no > utilizaba la palabra “diálogo” y tampoco utiliza la palabra “comunión”, > pero hay un montón de citas y de expresiones suyas por las que ella” >

  3. ¡Alabado sea Jesucristo! Madre Olga María, como es habitual, me deja reflexionando: ” en la comunidad es donde se realiza las pruebas del amor”. Vivir plenamente, las gracias que nuestro Padre, nos da…….. ponerlas en práctica en el día día es el trabajo que hay que lograr . Unidas en la oración y aprovechar al máximo todos éstos momentos, producto del mal que aqueja el mundo, ésta enfermedad , éstas prisas que llevábamos por cumplir con el trabajo, compras y cuantas cosas más que dimos importancia, que por cierto hay que realizar todas estas labores. …. Y nuestro encuentro con El, se hacía? Ahora, si hay tiempo para encontrarnos con la familia, compartir un almuerzo o cena; mirarnos y preguntar, cómo estuvo el día? Ahora, quedándome en casa. Se reza el Rosario y compartiendo con Uds.la Santa Misa. Gracias Madre Olga María. Le saludo desde San Felipe- Chile. Estamos con toque de queda, gran parte de la noche. Y en el día salir, sólo compras prioritarias.

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