Día 24 de Diciembre, misa diurna
- 2Sam 7, 1-5.8b: El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor.
- Sal 88: Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
- Lc 1, 67-79: Nos visitará el sol que nace de lo alto.
Reflexión: Como la profecía de Natán llena de luz el futuro de David, la llegada de Jesús nos llena de certezas esperanzadoras.
El Señor tiene un plan bellísimo: no quiere que le construyamos un magnífico templo, sino que quiere una casa estable y duradera en nuestra pobre carne, en nuestra humanidad. Seremos una estirpe renovada, regenerada y redimida, y nos promete una duración perenne. Seremos ya para siempre hijos en el Hijo.
La salvación de Dios no acontecerá en un templo material, de piedra, ni se sellará la nueva alianza con un sello de oro. La salvación acontece en la Carne de un Recién Nacido y se sellará con su sangre.
Por su entrañable misericordia, Dios nos visita; es hora de dar gracias, de alabar y bendecir al Todopoderoso que se hace a Sí mismo Don y Regalo. Esta llegada de Dios a la historia del hombre nos recuerda que Él ha puesto su tienda entre nosotros, que “nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer”.
Oración: Verbo encarnado, Niño que nos revelas el amor del Padre… queremos ser tus primeros adoradores, adictos a la ternura, la sencillez, la bondad, la misericordia… Apresuramos nuestros pasos para llegar a Belén: concédenos ojos y corazón de niño para contemplar y adentrarnos en el misterio.
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Es todo un placer leerla madre Olga 😘. Espero conocerla pronto 👏