Si conocieras al que te llama a gritos para que bebas…

 

“El último día, el más solemne de las fiesta, Jesús en pie gritaba: ‘El que tenga sed, que venga a mi; el que cree en mí, que beba.’ (Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva.) Decía esto refiriéndose al Espíritu, que había de recibir los que creyeran en Él. Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.”

Jesús gritaba. ¡Gritaba! No anunciaba, ¡gritaba! Jesús gritaba y sigue gritando: “El que tenga sed que venga a mí; y el que cree en mí, que beba”.

Si miramos con fe el Corazón de Jesús, con los brazos abiertos, mirándonos, con su mirada clavada en nosotros,images fácilmente le oiremos gritar: “El que tenga sed que venga a mí; y el que cree en mí, que beba”. Es una llamada, una llamada a voces. ¿Por qué? Porque Él sabe que estamos sedientos. Y ahí está gritándonos y llamándonos en pie. Hoy nos sigue invitando: “Vosotros, sedientos todos, acudid por agua. ¡Venid! El que tenga sed que venga a mí.” Jesús asciende al Cielo y asciende triunfante y glorioso, pero asciende sediento, más sediento que nunca de que nosotros tengamos sed de El, del Padre, de la Redención. Jesús asciende llevándose al seno de los Tres la sed de almas, la sed de una eternidad feliz para todos nosotros, sin exceptuar a nadie.

La urgencia de Jesús por derramar el Espíritu Santo es tal, que no nos llama suavemente y susurrando bajito, sino puesto en pie y a gritos. Jesús nos llama a gritos para ser amados. Nuestra vocación a ser amados por Dios es un clamor. El Verbo, que tan en silencio ha permanecido desde la eternidad, ahora nos convoca a gritos a la Fuente de Agua viva, a su Corazón como Patria, Descanso y Fuente.5507991

Y decidme: ¿quién no tiene sed? ¿Quién está saciado ya? Nadie puede estarlo fuera de Él y Él lo sabe. Y por eso nos sigue llamando a voces: “El que tenga sed que venga a mí y que beba”.

“Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva.” Su Corazón es ese manantial donde brota sin cesar un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna. Y sabemos que quien beba de ahí, nunca más tendrá sed. El Espíritu Santo –nos lo dice el Evangelio- nos será dado, si creemos en Él. El agua viva nos inundará, si creemos en Él. Concluye el Evangelio diciendo que “todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.”

Estamos concluyendo las fiestas de Pascua. Jesús ha sido glorificado. hace unos días, celebramos u Ascensión en el cielo, su plenitud en gloria y majestad en el cielo. Jesús ha sido glorificado: ha muerto, ha sido sepultado, ha resucitado y ha subido al cielo. Jesús ya ha sido glorificado y es la hora de que venga el Espíritu, es la hora de recibir en plenitud el Don de Dios.IMG_2289

¿Cuál es el Don de Dios? El agua viva que mana de las entrañas de Cristo. “Si conocieras el Don de Dios…” Si conocieras el Don de Dios y quien es el que te pide de beber y el que te ofrece de beber, el que te llama a gritos para que bebas…

Esta ha de ser nuestra oración en estos días: pedir con fuerza que el agua del Espíritu nos inunde, porque tenemos que conocer el Don de Dios, el Don del Espíritu, sus carismas, sus frutos; y sobre todo pedir que se derrame e insistir pidiendo muchísimos que se derrame y nos empape.

 

Un comentario en “Si conocieras al que te llama a gritos para que bebas…

  1. Jesús conoce nuestra sed, es más, quiere que tengamos sed de El, y nos habla a gritos para traspasar nuestra sordera…. que maravillosa esa expresión » El tiene sed, sed de almas «, de nuestras almas.
    ¿ Cómo quedar indiferentes frente a ello ? . Ahora que El ha sido glorificado,nos invita a recibir al Espíritu Santo para que nos inunde con su Amor y sus dones.
    Jesús ya nos ha allanado el camino, depende de nuestra entrega personal el que podamos llegar al cielo que El ha ganado para nosotros, todo se nos ha dado por El, ahora debemos cada uno caminar en pos de su Amor,¡¡ dando gracias !!, ¡¡ alabando a Dios !! , pidiendo al Espíritu Santo que nos enseñe sus dones para saber responder como buenos cristianos.
    Gracias, Madre Olga María, por adentrarnos más y más en el conocimiento de estos maravillosos misterios, por ayudarnos a profundizar y ser conocedores de la Voluntad de Dios en nuestras vidas.

    Un abrazo grande.
    M.Eliana

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