¡Atráeme, Señor, atráeme a Tí! ¡Escóndeme en Tí! ¡Sumérgeme en Tí! ¡Introdúceme en Tí y haz que permanezca siempre hundida en Tí, profundamente escondida y arraigada en Tí! ¡Atráeme a Tí, fúndeme en Tí! ¡Hazme desaparecer en Tí! Que yo desaparezca y sólo quedes Tú.

¡Amor, Dios Amor, Amor Crucificado, Amor derramado, Amor entregado, introdúceme en Tí, ocúltame en en Tí, inúndame de Tí!… ¡Muestra Quién eres…! ¡Déjame gustar Quién eres!…

¡Déjame ver, contemplar vivir, saborear tu Intimidad, tu Corazón! Tu Costado ha quedado abierto para que yo viva asomada siempre a esta Inmtimidad. Tu Intimidad es mi único horizonte, el paisaje bellísimo que contemplé… Tu Corazón es… mi morada… mi Patria… mi deseo… ¡Quiero verlo!… ¡Quiero sentir que Tú lates en mí y yo en Tí!

Cada día enciendes más en mi la sed y cada día la satisfaces más encendiéndola más. señor ¡dame de esa agua, para que no tenga más sed! Vengo a beber de ese manantial… Vengo a beber de ese manantial cuya agua sacia la sed, sana las dolencias, infunde la esperanza y resucita a los muertos. Es un Agua Viva, un Agua de Resurrección…

Y yo tengo sed, tengo sed de Tí de tu vida y de la vida de todos mis hermanos. Que nadie perezca de sed estando junto a la fuente… junto al Agua viva…