(Hora Santa, 19 de septiembre de 2019)
“El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”.
Señor: Tú sabes que yo quiero ir Contigo, quiero seguirte todos los instantes de mi vida, sin perder uno solo, hasta el último. ¡Quiero seguirte! ¡Quiero ir Contigo! Pero sabes también que soy pobre y débil, y que tengo que ser continuamente sostenida y rescatada por tu Amor, porque si no… me derrumbo, me caigo, me canso, empiezo a mirar hacia atrás… Cuando aparto los ojos de Ti un solo instante, todo mi universo y mi alma se quedan a oscuras. Pero soy tan débil, Señor, que lo hago muchas más veces de las que debiera. ¡Sostenme! ¡Llámame tan fuerte, tan fuerte, que no pueda apartar los ojos de Ti ni un instante!
Quiero ir Contigo y cargar con la Cruz. ¡Y seguirte se me hace algunas veces tan difícil…! Me siento tan incapaz, tan sin fuerzas… la Cruz a veces me da miedo. Por eso entiendo que necesito enamorarme de ella. Te repito muchas veces esa oración: “haz que tu Cruz me enamore”.
Pero hoy, aquí, delante de tu Cuerpo expuesto, y en presencia de todas las hermanas que me escuchan… Señor, hoy te lo pido: ¡¡¡HAZ QUE TU CRUZ ME ENAMORE!!! Pero que me enamore como se enamoran de verdad los locos, dejando de lado toda razón y todo juicio. ¡¡Haz que tu cruz me enamore hasta volverme loca!! De suerte que no tenga en la vida otra brújula, otra luz, otra ilusión, otra guía… que tu cruz. No me dejes llevarla sobre el pecho engañando al mundo entero. ¡No me dejes llevar así la Cruz! ¡No me dejes convertirme en una mentira con hábito, en una mentira vestida de marrón!
¡¡Haz que tu Cruz me enamore, que todo mi ser, todo lo que soy, sea una única realidad hecha carne: tu Amor, tu Redención, tu Pasión por el Padre!! ¡Haz que tu Cruz me enamore y me abrace a ella sin temor! Y, cuanto más ruja la tempestad a mi alrededor, cuanto más me tiente el miedo… ¡haz que me abrace más fuerte a ella!
¡Haz que tu Cruz me enamore, Señor, hasta ser capaz de hacer por Ti las mayores locuras! Y todavía me veo tan cabal… que me da pena después de tantos años ser tan cuerda, tan sensata, tan cabal.
Miro tu Cruz, miro tu comparecencia ante Herodes, y… ¡tengo tanto que aprender de aquel silencio! De aquel silencio que no se defiende, de aquel silencio que no protesta, de aquel silencio que no humilla, de aquel silencio que no censura ni deja en evidencia… ¡aquel silencio tan digno, tan lleno de majestad, tan sereno, tan manso, tan humilde…! Solamente quien guarda silencio así, puede ir a la Cruz como Tú fuiste.
Y aquel juicio de Herodes, aquella sentencia, para mí te hace tan grande y tan bello, Señor… aquel doloroso sarcasmo: “Si total… ¡es un loco! ¡Ni caso! ¡No hay ningún peligro! ¿Un malhechor? Ni siquiera es un malhechor. Es un hombre enajenado, un demente, está loco”.
¡Tu silencio y tu mansedumbre! Y en silencio, pero lleno de amor, abrazar la cruz y redimirme sin poesías bonitas, sin buenos propósitos, sin canciones, sin historias, en silencio, pero de verdad… ¡eso es amor! Callar y abrazar la cruz; abrir los brazos, tenderse en ella y darme todo; dejar el Corazón al descubierto y un grito en ese silencio: “¡Ya no debes nada a nadie! ¡Ya está cancelado el protocolo que te condenaba! ¡Ya no hay ninguna deuda! ¡¡Ya estás redimida!! ¡¡Ya eres hija de mi Padre!! ¡¡¡No tengo un tesoro mayor que darte que ser hija de mi Padre!!!” Y todo eso en silencio, Señor, y siendo tenido por loco.
¡Haz que tu Cruz me enamore! Haz que sea tenida por loca como Tú, líbrame del miedo a ser humillada, a ser malinterpretada, a no ser apreciada, a no ser comprendida, a no ser juzgada con amor… Líbrame de todos esos miedos, hazme absolutamente libre y limpia mi corazón, para asemejarlo más y más al tuyo. Dame un corazón que sepa desprenderse de todo y, por amor al Padre y a la Redención, no tener ningún miedo a perderlo todo, la vida, la honra, la fama…
¡Haz que tu Cruz me enamore! ¡Yo quiero seguirte! Pero soy tan pequeña… ¡Sostenme con tu Amor y llámame muy fuerte, Amor de mi alma, muy fuerte! Que nunca me avergüence de Ti, ni de la Cruz, ni del Evangelio.
*Enamorada Abrazo la CRUZ*
Gracias M. Olga 🔥♥️
HAZ QUE TU CRUZ ME ENAMORE!!!!!! SOSTENME CON TU AMOR, DAME UN CORAZON QUE SEPA DESPRENDERME DE TODO……QUE SOLO TU CRUZ ME ENAMORE MAS Y MAS!!!!!! GRACIAS MADRE OLGA MARIA DEL REDENTOR!!! VUESTRAS PALABRAS SON UN BALSAMO DE AMOR!!
Que así sea.Que Diosito nos ayude a seguirlo y que me de fuerzas para cargar mi cruz
El dom., 22 de septiembre de 2019 12:32 AM, Grita al mundo escribió:
> Madre Olga María posted: “(Hora Santa, 19 de septiembre de 2019) > “El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo, que cargue con su > cruz y me siga”. Señor: Tú sabes que yo quiero ir Contigo, quiero > seguirte todos los instantes de mi vida, sin perder uno” >
¡Alabado sea Jesucristo! Madre nuestra. Le admiro profundamente, que lo que ha hecho hasta ahora viene de Dios, el se ha valido de su persona, para que nosotros nos enamoremos cada día más. Usted lleva el sello “soy de Jesús “, carmelita samaritana, hábito marrón, amo el carmelo. Mire el Señor, silencio y su mirada nos deja plena de su amor, fuerza, alegría, de misericordia. Santa Teresa de Jesús, creo que ocuparía todos los medios de comunicación posible para decirnos, que el Señor me ama, que libremente me pide que lo siga, que tenemos la oportunidad para salvarnos……… Madre Olga, le quiero mucho. También tomo en vida personal sus comentarios y reflexiones; estamos fisicamente tan lejos, pero encontremosno en el sagrario. Reciba un abrazo.
Gracias. Lo necesitaba.