TODOS TENEMOS PRISA

Todos vamos por la vida más o menos apresurados y este siglo XXXI parece ser la época de las prisas. Prisas y más prisas… ¡todos tenemos prisa! Pero me pregunto y os pregunto: prisas… ¿de qué o para qué? ¿qué cosas priorizamos? ¿en que cosas me apresuro? Esa pregunta me asalta algunas veces en medio de mis prisas. Y no vale que me digáis que no tenemos prisas y que vivís panchos y tranquilotes. Todos nos aceleramos IMG-20190511-WA0263.jpgcuando nos interesa algo, nos apresuramos cuando consideramos que algo es importante; la cuestión es que nos examinemos acerca de qué cosas o cuestiones nos hacen correr.

Es bueno que nos apresuremos: apresurarnos para amar, apresurarnos para el bien, apresurarnos para dar la vida, para hacer felices a los demás, para servir, para consolar… Darse muchísima prisa -la más posible- para sembrar sonrisas, ilusiones, buenas caras y mucha ternura.

Mi vida, por si algunos no lo saben, es bastante dinámica y llena de muchas cosas, trabajos y actividades y me preguntaban hace poco si no me agobio con una vida tan estresante. Esto me ha hecho pensar y reflexionar… y siento necesidad de puntualizar: llevo una vida muy dinámica, muy llena de cosas, en la que -efectivamente- intento apresurarme para dar la vida y hacer el bien. Vivo una vida apresurada para lo que considero el mayor bien, que en mi caso es anunciar el Evangelio, pero apresurada no significa agobiada ni estresada. Al contrario: considero que es apasionante e ilusionante. La palabra aburrimiento está erradicada de mi diccionario desde hace más de treinta años.

Es verdad que a veces me canso: experimento el cansancio y la fatiga, pero no el agobio ni el stress, que es otra cosa. magazine-unlock-01-2.3.808-_5a0157224ea340cfaced6836908ddd97.jpgEl cansancio es el cansancio y no me roba la paz, el stress es la prisa sin paz, el apresurarnos sin saber muy bien por qué o para qué y perder la serenidad, la paz y la alegría. Así que… apresuraos, pero no estresaros… y para ello, mis queridos lectores, es preciso reflexionar acerca de nuestras prioridades y de las cosas por las que nos apresuramos. Apresurarse de suyo no es malo; al contrario: puede ser muy bueno, pero hay que tener claro hacia donde vamos. Lo peligroso es coger velocidad y no tener clara la ruta: en ese caso es fácil estrellarse.

Y por último insistir en que es bueno que nos apresuremos porque no tenemos más que el breve espacio de tiempo que es nuestra vida para “usarlo” bien. Tenemos poco tiempo -solamente el tiempo de esta vida material que se acaba prontito- y hay que aprovecharlo al máximo. Porque si no sois creyentes… después de la muerte ya no hay más ni se puede hacer nada más. Y si somos creyentes, después de la muerte ya no es tiempo de dar, sino de gozar y de recibir, así que hay que emplear la vida de la mejor manera posible y sin perder de vista que se nos va a acabar.

 

7 comentarios en “TODOS TENEMOS PRISA

  1. Porque no sé porqué, no me encuentro en un camino que me llene totalmente…Esta reflexión me hace recordar eso.
    Gracias madre Olga !

  2. no me gusta la prisa,el apuro las corridas,me gusta la paz y la calma,aunque bien dices Madre , en estos tiempos todo es rápido.gracias por sus reflexiones,sabias,y benditas,como todo DON..

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