NUESTRA ACTITUD MARCA LA DIFERENCIA

Hace unos días me han contado una historia que me ha hecho pensar mucho y lo copio a continuación:

“Una hija llega y le dice a su padre: -¡Papá, ya no aguanto más a la vecina! Quiero matarla, pero tengo miedo que me descubran. ¿Puedes ayudarme con eso? El padre le responde: -Claro que sí hija mía, pero hay una condición… Tendrás que hacer las paces con ella para que después magazine-unlock-01-2.3.913-_3ddd1e8d1b6c4f60a602e721b628a77a.jpgnadie desconfíe que fuiste tú cuando ella muera. Tendrás que ser muy cuidadosa y comenzar a ser paciente con ella, ser gentil, agradecida, cariñosa, menos egoísta, retribuir siempre, escucharla más, incluso invitarla al café o al te… ¿Ves este polvito? Todos los días pondrás un poco en su bebida. Así ella morirá de a poco.

Pasados 30 días, la hija vuelve a decir al padre: -Ya no quiero que ella muera. La amo. ¿Y ahora? ¿Cómo hago para cortar el efecto del veneno? El padre entonces le responde: -No te preocupes Lo que te dí fue polvito de arroz. Ella no morirá, porque el veneno estaba en ti. Cuando alimentamos rencores, morimos de a poco.

Aprendamos a hacer las paces con quienes nos ofenden y nos lastiman.

Aprendamos a tratar a los demás como queremos ser tratados. Aprendamos a tener la iniciativa de amar, de dar, de donar, de servir, de regalar, y no solo querer ganar y ser servido.”

Puede parecer un texto un tanto simplón y pueril, pero encierra una gran verdad: las cosas son como son -¡cierto!- la realidad es la realidad, pero en todo lo que vivimos hay una grandísima dosis de subjetividad. Nuestra actitud ante la realidad que nos toca vivir y afrontar hace que esa realidad cambie notablemente.

Vuelvo a mi idea de siempre: la vida es como un rosal con rPicsArt_07-06-11.54.17.jpgosas bellísimas y espinas punzantes. El rosal es así y hay que amarlo y disfrutarlo tal y como es. Intentemos poner nuestra atención en la belleza y el tacto de las rosas y en disfrutar su exquisita fragancia. No nos centremos en pensar únicamente en las espinas, que también están ahí, pero no son lo único, ni lo más importante. Y cuando nos asalte la idea de pisotear el rosal porque nos hemos pinchado y así acabamos para siempre con las espinas… pensemos que sufre mucho más quien las pisa -se las clavará hasta el fondo- que quien las acaricia suavemente.

Si vamos poco a poco aprendiendo a amar lo que nos punza en la vida, si vamos modificando nuestra actitud interior, iremos percibiendo de una manera absolutamente diferente eso que nos punza y nos hiere, y sufriremos mucho menos, y llegaremos a disfrutar de aquello que antes nos mortificaba y se nos hacía insoportable. Pero es necesario un cambio profundo de actitud por nuestra parte, una conversión del corazón, porque percibimos y vivimos la vida, y cada acontecimiento de la misma, desde dentro. Y la felicidad y la infelicidad -ya os lo dije hace tiempo- no viene de fuera, sino de nuestro interior, de cómo escojamos vivir.

3 comentarios en “NUESTRA ACTITUD MARCA LA DIFERENCIA

  1. GRACIAS MADRE OLGA MARIA DEL REDENTOR POR SUS SABIAS PALABRAS!! QUE TE HACEN REFLEXIONAR!!!!!! JESUS TE BENDIGA SIEMPRE A TI Y A TODAS LAS HERMANAS CARMELITAS SAMARITANAS!!

  2. tienes razón en todo, pero me quedo con lo referente al interior-exterior, y es verdad que resulta mas dificil si el ruido nos acompaña contínuamente; aun así el Señor está también en esta realidad y de alguna manera nos guia y nos muestra su cercanía y su camino- Porotro lado entre ruido y ruido, y aunque no domino muy bien las redes, os sigo de cerca y vivo momentos de verdad de inmenso gozo con vuestra actividad y sobre todo con vuestro testimonio, esperando contagiarme…gracias y abrazos a todas,,,

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