En estos días del año en que los preparativos de la Navidad ya se mastican en el ambiente a mí me surgen muchas dudas y algunas me causan gran pesar. Nada más salir a la calle una percibe el espíritu comercial desenfrenado que rodea estas fiestas, los reclamos publicitarios… y todo el mundo acelerado y corriendo como si se fuera a perder algo… me apena, pero puedo admitir que sea así… el consumismo es el consumismo y aprovechan cualquier circunstancia: las vacaciones de verano, la Semana Santa, Halloween, la semana blanca… desde el punto de vista del consumo, todo vale, y cualquier cosa se explota al máximo y la navidad se queda al mismo nivel. Me parece patético, pero lo comercial es lo comercial, y es un monstruo cuyas fauces engullen todo para transformarlo en consumo y en dinero.
Hasta ahí… ya asumo que esto es así y simplemente me rebelo no dejándome arrastar más de la cuenta por esta corriente contra la que -lo reconozco- no es fácil luchar. Pero insisto en no rendirnos en otras cosas; si no podemos evadirnos del todo de la movida comercial -aunque tratemos de esquivarla- sí que propongo que intentemos llenar nuestra Navidad de sentido profundo, de vivirla desde el corazón.
Ante esta propuesta me encuentro con que muchos de mis lectores pueden decirme que no son creyentes y que no les largue ahora el rollo del Nacimiento del Hijo de Dios y el sentido cristiano de la Navidad. Cuando comencé a escribir en este rincón del periódico prometí no hacerlo, y voy a mantener mi palabra. No os voy a pedir que llenéis la Navidad de sentido cristiano como intentamos vivirla los creyentes, pero sí que os pido que intentéis vivirla desde el corazón, desde dentro… que lo más noble de vuestro corazón aflore y llenéis vuestra navidad ¡al menos! de humanidad. La Navidad es la fiesta de la Humanidad de Dios, de la entrada de lleno de Dios en la aventura de hacerse humano; si no creeis esto -y sabeis que os respeto profundamente- creed al menos en la humanidad, en la belleza interior e inmaterial del ser humano, en la grandeza de un corazón bondadoso, y en la generosidad de quien da lo que no se compra con dinero en ningún comercio del mundo, ni se exhibe en ningún escaparate: la bondad y la ternura. No tengamos miedo a que la compasión anide en nuestro corazón. Abrámosle las puertas de par en par y acojámosla en nuestra vida sin recelos, con mucha alegría. Cuanto más compasivos… más humanos y más grandes seremos.
Sé que no es fácil, pero os propongo un reto: en estas fiestas tengamos algún gesto de humanidad y cariño con alguien desfavorecido. Un gesto cuya intención sólo la conozca mi propio corazón. Os propongo dar algo que no sea puramente material, algo que nos involucre y comprometa, que implique nuestra entrega personal. Algo que nos haga dar una sonrisa, calor humano, cariño… No vale -por poner un ejemplo- donar juguetes a una ONG, o dinero a cualquier organización benéfica, y con eso sosegar y calmar nuestros remordimientos de conciencia. Eso… es relativamente fácil y no es dar sino de lo que tenemos, no de nosotros mismos. Navidad tiene que significar más bondad y más humanidad y eso no se logra dando “cosas”, sino dándome a mí misma. ¡¡Hay que mojarse!!
Demos un paseo acompañando a alguien que se siente solo, una visita, un rato de conversación, adornarle la casa a alguien que por su edad o enfermedad ya no puede, leer un libro a un anciano y darle un rato de conversación para que cuente sus “batallitas”, demos un beso y un apretón de manos a aquellos que nadie quiere tocar porque dan “repelús” y ansían una caricia humana que les devuelva la dignidad… ¡¡Tantas cosas!! Si somos valientes y lo hacemos… nos estaremos dando a nosotros mismos el mejor regalo de Navidad: el de hacer el bien.
Totalmente de acuerdo , Madre Olga. Gracias por el post , de eso es de lo que se trata la Navidad , y al fin y al cabo la vida tambien. La admiro mucho y me encanta su blog. Feliz Adviento !
Buen día madre Olga.Un saludo esperando que te encuentres bien.Y pues si haré mi tarea humana de darme a las personad que estén a mi alrededor.
El vier., 7 de diciembre de 2018 04:56 AM, Grita al mundo escribió:
> Madre Olga María posted: “En estos días del año en que los preparativos de > la Navidad ya se mastican en el ambiente a mí me surgen muchas dudas y > algunas me causan gran pesar. Nada más salir a la calle una percibe el > espíritu comercial desenfrenado que rodea estas fiestas, los rec” >
nos estamos adelantando. Yo de momento os deseo a todas las carmelitas samaritanas el mejor ADVIENTO.
yo estoy pensando que el plan de Dios que el Arcángel anuncia a la Virgen y su generoso FIAT fue lo que permitió que todo se pudiera realizar tal y como dios había planificado.
>>Navidad tiene que significar más bondad y más humanidad y eso no se logra dando “cosas”, sino dándome a mí misma. ¡¡Hay que mojarse!!>> Muy cierto, Dios nos de su gracia 🙂 Gracias Madre Olga.
Así lo are Madre Faro ,cuánto te quiero.❤️🙏🖐️