¡NO TENGÁIS MIEDO! CON CRISTO SIEMPRE HAY FUTURO (III)

¡No tengáis miedo!, con Cristo siempre hay futuro

XIII jornadas “Católicos y vida pública”, en el País Vasco

Palacio Euskalduna, Bilbao  20 y 21 de abril de 2018

Mesa Vocacional,  Sábado 21 de abril de 2018

Preside: D. José Ramón Altuna, Consiliario ADcP de Bilbao.

 

Le preguntamos también a Olga María, por otra dimensión, que sería en la vida religiosa, la obediencia ¿no?, en un mundo donde parece que la independencia y la libertad se absolutizan como nunca ¿es posible depender de otro? Ya sea del superior, del formador, del obispo, del Papa?

A ver… yo no dependo ni del obispo, ni del Papa, ni del superior, ni del formador, yo dependo del que en cada momento me está dando el ser, o sea, El es de Quien de verdad dependemos ¿no?

Otra cosa es, que con esa voluntad -de la que yo os hablaba antes- que es mía y me constituye como persona, yo decido vivir como Jesús vivió y Jesús vivió colgado literalmente de la voluntad de Otro, que es el Padre. De quien se sabía amado y que fue conduciendo su vida; el Padre le llama, el Padre le encomienda una misión y Jesús vive solamente para eso, o sea… ¿Qué tiene Jesús dentro, en su Corazón, en su mente, en sus entrañas? el Padre, tiene pasión, obsesión, locura, por el Padre.20180420_132756.jpg

¿Jesús no era libre? El ser humano más libre de todos los tiempos. Él no sentía que estuviera dependiendo de alguien, en el sentido negativo de vivir esclavizado de nadie, sino que libremente amaba al Padre y todo lo que el Padre amaba.

Libremente, la obediencia al Padre fue todo en su vida hasta el final. De hecho, fue su obediencia al Padre, su amor apasionado por el Padre y el deseo de obedecerle, el deseo de la Voluntad del Padre, lo que nos trajo todo el bien, toda la salud, y eso es lo más importante.

Es que llamamos a la obediencia: dependencia ¡no! La obediencia es un acto libre y lo mismo que Jesús libremente obedeció al Padre, el consagrado o la consagrada, libremente decide obedecer ¿eh? Esto es muy importante.

Depender yo lo relaciono -el término depender- con la esclavitud, con los enganches. Y hay enganches afectivos, enganches sexuales, adicciones… bueno, universal, universal, el enganche al móvil, a las redes, a internet… Eso sí que es depender y dejar de vivir ¿no? Pero obedecer… yo creo que es el acto libre más hermoso que una persona puede realizar y si encima orientamos nuestra obediencia al amor más grande, a quien nos da todo a cada instante: el sentido de la vida, la salvación, la vida, que es Dios… pues yo creo, que es lo más grande que una persona puede hacer, independientemente de que sea consagrada o no.

De hecho, la obediencia es una virtud que todo cristiano tiene que vivir y practicar y luego, pues, lo que hemos oído miles de millones de veces: «obedecer al Señor, vale más que mil sacrificios, vale más que otros mil actos de culto» ¿no?, por eso, ante todo, no nos dejemos engañar y que no intenten vendernos la obediencia a Dios, que es lo más grande, como una dependencia, como un menoscabo, como una merma, porque… ¡es mentira! nunca el hombre es más grande ni más pleno, que cuando obedece a Dios.

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